Puestos a elegir la noticia “estrella” de la semana en función del impacto mediático de la misma, no hay más cera que la que arde que es “made in” Gibraltar, que ha llegado incluso a eclipsar al caso Bárcenas y que es algo que la cúpula del PP con Rajoy en vanguardia tienen que agradecer al ministro principal de la Roca, Fabían Picardo que es el que la ha formado, no sólo con lo que dice que es mucho y sangrante, sino con lo que hace y ahí están bajo las aguas y en la zona de nuestros pescadores los bloques de hormigón de la discordia. Y a ver quien tiene cojones de quitarlos. Picardo en plan “Harry El Sucio” que con relación a la madre del cordero, nudo gordiano y en definitiva la clave y llave de la que hay formada como son los bloques de hormigón que lanzó por la borda, ha dejado claro en plan chulería que “El infierno se congelaría antes de que Gibraltar remueva alguno de esos bloques”. Un conflicto que se ha encabronado en función de las bravatas y amenazas entre .las partes implicadas que se han puesto incluso muy difícil las respectivas vuelta atrás de sus órdagos, ya que el decir digo donde antes habían dicho Diego sería una bajada de pantalones de gran coste político y de imagen. Y si la respuesta española a las últimas provocaciones de Gibraltar, se quedan en aguas de borrajas, o sea si no se corrige bien y pronto, debilitará aún más a España. Las amenazas, cuando se quedan en pura retórica o no están apoyadas en la capacidad para responder a las respuestas del adversario, siempre son contraproducentes y la historia, el derecho, la política y la economía condicionan y limitan el margen de maniobra del Gobierno español.