Desde Aristóteles, la idea de democracia es una cuestión de valores. Porque la democracia no es únicamente un sistema de gobierno o una forma de tomar decisiones, sino que también debe ser un estilo de vida basado en el respeto a los derechos humanos y a los valores éticos que la sirven de fundamento. De eso deberíamos tratar en las elecciones generales del 23-J
La memoria no puede ser tan corta para que no saquemos ninguna experiencia respecto a la lucha de estos últimos años contra la corrupción, la pandemia, el mantenimiento del poder adquisitivo en épocas de gran crisis o el cambio climático.
Mirar atrás, reactivar la memoria, es imprescindible para obtener experiencia. La experiencia como el conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas, dice que el populismo de extrema derecha, que se está viviendo en Europa, incluida España, es peligroso y que la derecha tradicional cae muchas veces bajo sus aplastantes consignas, como la de echar a la basura los derechos de la mujer o las políticas de igualdad.
Me sorprende en Feijoo que para dar un golpe de timón respecto a lo que llama “sanchismo”, sólo piense en suprimir el Ministerio Igualdad. Y no porque este ministerio de Montero se haya convertido en la diana para criticar al Gobierno. Es ya viejo y manido que cuando un político quiere proyectar imagen de seriedad, lo primero que desaloja de la estructura de poder es todo lo relacionado con la presencia de mujeres o las políticas de igualdad, pues las consideran superfluas. Por lo visto, la seriedad es masculina.
Así lo ha hecho ya el PP en múltiples ayuntamientos -Valladolid, Toledo, Burgos, Huelva, Ciudad Real, Elche, Talavera de la Reina u Orihuela-, suprimiendo las concejalías de igualdad. Esta no es una decisión menor.
Los ayuntamientos son la primera administración a la que acuden los ciudadanos en demanda de ayuda, entre ellos, las maltratadas, las acosadas, las mujeres empobrecidas por las múltiples brechas que generan desigualdad de género. ¿Tiene los responsables populares de estos municipios menos escrúpulos que María Guardiola en Extremadura, que ha roto con Vox? O ¿los escrúpulos dependen del número de diputados que obtenga Vox y de lo imprescindibles que resulten para obtener el poder?
Está claro que el PP en estas elecciones, con sus pactos con Vox, está comprometiendo determinados valores de nuestra democracia por conseguir el poder y el gobierno. El ansiado debate sobre nuestros valores democráticos se reduce para ellos a un simple “anti sanchismo o España”. Pero un partido que tiene opciones de gobernar este país no puede acudir a las urnas sin aclarar con precisión su lista de prioridades económicas y sociales, y qué papel ocupa la transición ecológica en ella. Sobre todo, sabiendo, que normalizar a Vox es un error que puede pagar caro en Europa, porque lo obligaría a alinearse con quienes frenan la Unión.
Y ¿Cómo reaccionará la sociedad española ante las noticias sobre las nuevas tecnologías o el cambio climático, que crearán nuevos empleos, pero destruirán muchos más empleos tradicionales? Tanta incertidumbre, no cabe duda, genera inestabilidad política y muchos ciudadanos ponen por encima de todo la seguridad que le ofrecen los conservadores. O peor aún, simplemente estamos ante una sociedad miedosa y desconcertada que no quiere oír hablar de esos temas y se arrima a quienes plantean otros campos de batalla, más simples y brutales: guerras culturales en torno a conceptos muy elementales, familia, patria o bandera, a los que es fácil adherirse. Para combatirlos falta avivar la memoria y recurrir a la experiencia. No hay otra
5 respuestas
La democracia señor Luis Ángel, es el gobierno de las mayorías no de las minorías, como Bildu, PNV o Esquerra, es la lucha contra la corrupción, no poner en la calle a convictos o violadores, esto a lo que nos está llevando es a que la gente preste su voto al primer exaltado de VOX que aparezca, igual que pasó con Podemos anteriormente. Hay que gobernar bien para que esto no pase.
Algún día podrá ser imparcial con sus redacciones, siempre tienen la misma tendencia, no voy a defender al PP ni mucho menos, pero lo que no aguanto es que artículo tras otro esto huele a panfleto del PSOE, usted no se da cuenta del tufillo.
Nooooooo , Carmen , yo creo que lo votan ,por fastidiar a los demás, cuando se están fastidiando ellos también. La guerra está servida, ellos mismos se pondrán tiernos. De Novela.
Como bien dice señor Luis Ángel, la memoria no puede ser tan corta, tengo muy fresca la memoria de los que han gobernado para complacer a Bildu y a los independentistas y que nos han olvidado durante 40 años que los hemos votado en Andalucía. E igual que hay una extrema derecha, VOX, hay una extrema izquierda que son Podemos y Cía, independentistas y terroristas
La gente no está con Vox ni con el PP, la gente está en contra de Sánchez, quieren castigarlo porque solo se ha preocupado de los independentistas y de los vascos, ahora vamos a votar a otro que mire por los que lo votan, no por los que no lo votan.