El pasado domingo, Jordi Évole ha regresado a La Sexta, en la undécima temporada de “Salvados”, con el programa “Cuestión de Educación”. El presentador catalán viajó a Finlandia para conocer la realidad de sus escuelas y compararlas con el modelo educativo que mantiene España. Este fue su comentario: “Me ha impactado la organización de la sociedad finlandesa, más de lo que se imparte en sus aulas. No es cuestión de que tengan la fórmula secreta de la educación, es una cuestión de cómo priorizan eso a todos los niveles”. Y todo ello es fruto de una frase de la ex-presidenta finlandesa en la que aseguró que “un pueblo educado no permite corruptos ni incompetentes”.También este domingo pasado, en una entrevista en El País, el reportero televisivo de Salvados dice cosas muy interesantes sobre nuestro país. “España necesita un año sabático. Debería pedir a la Unión Europea una excedencia, no puede seguir viviendo así. Le va dar algo. Está estresada hasta las cejas. Hay que resetear España”. Y comenta que mantiene un deseo en mente, que no es otro que entrevistar al príncipe Felipe. “Le preguntaría que cuándo le va a decir a su padre que abdique”. Dice que al príncipe Felipe habría que darle una oportunidad, pues la Casa Real no sabe leer lo que pide la sociedad española: transparencia, comunicación cambio… “Pero no se la van a dar. Él es un ejemplo de su generación: muy bien preparada, pero que no la dejan ejercer”.No sé, es más no me explico cómo demonios le conceden a Jordi Évola las entrevistas los personajes de su programa cuando la mayoría de ellos salen muy mal parados. Resulta casi inconcebible en estos tiempos donde se hacen ruedas de prensa sin preguntas. Y, sobre todo, cuando la entrevista que le hizo al ex-presidente balear, Jaume Matas, ha sido incorporada por el juez Castro al caso Nóos del ex-duque de Palma, Iñaki Urdangarin. Jordi Évola se ha convertido en esa imprescindible mosca cojonera que siempre pregunta lo que tanta gente afligida, rabiosa y escandalizada tiene en la punta de la lengua. Menos mal que en estos tiempos nauseabundos tenemos reporteros como Évole y programas como Salvados para hacer las preguntas necesarias a tantos políticos mentirosos y desvergonzados que hasta afirman con absoluta seriedad que ellos también están sufriendo la crisis. ¡Dios, que ruines y perversos!