La secretaria general del PSOE de Cádiz, Irene García, ha rechazado esta mañana el “paso sin retorno” que el PP pretende dar mediante la reforma “impuesta, unilateral y autoritaria” del sistema de elección de alcaldes y de alcaldesas, que responde exclusivamente al “objetivo inconfesable de tratar de frenar la sangría de votos en las próximas elecciones, que sin duda le provocará una pérdida sin precedentes de poder municipal”. “Los cambios de sistema electoral se han llevado siempre a cabo con consenso, diálogo y a través del pacto, justo al contrario de lo que pretende ahora el PP. De ahí que nuestra postura sea un no rotundo a un cambio con un interés partidista tan evidente como sectario”, ha concretado.
En este sentido, ha dirigido un mensaje a los alcaldes y alcaldesas populares de la provincia que ocupan escaños en el Congreso y en el Senado (las regidoras de Cádiz y Jerez, así como los primeros ediles de Algeciras y El Puerto). “A todos ellos les exijo menos miedo a las urnas y más vergüenza democrática. Les reclamo un ejercicio de decencia política y les animo a una desobediencia activa de esta reforma que dinamita los pilares mismos de nuestro sistema. Ellos y ellas tienen la posibilidad, en el Congreso y en el Senado, de que no se consuma este atropello a la democracia; y así vamos a reclamárselo desde esta provincia”.
“La sociedad gaditana no puede entender que alcaldes y alcaldesas elegidas con las actuales reglas del juego pretendan ahora levantar su mano en las Cortes para respaldar un sistema que atenta contra la legitimidad democrática y que supone que el PP quiere comparecer a las próximas elecciones municipales con las cartas marcadas”, ha asegurado. Y ha adelantado que, precisamente por ello, ”el Partido Socialista va a llevar a los plenos de los distintos ayuntamientos de esta provincia, así como a la propia Diputación, una propuesta de defensa del actual sistema de elección de alcaldes y alcaldesas, y en contra de cualquier intento de modificación del mismo mediante una postura unilateral, autoritaria y ventajista”. “Los socialistas gaditanos nos comprometemos a evitar, por todos los medios a nuestro alcance, que el pucherazo electoral que el PP perpetró con la modificación del Estatuto de Castilla-La Mancha se repita de nuevo con el sistema de elección de alcaldes en todo el país”, ha detallado.
En rueda de prensa en Cádiz, la secretaria general ha destacado que el PSOE no va a participar en ninguna “pantomima de negociación” que pueda plantearse desde el Partido Popular, que “ha decidido utilizar su mayoría parlamentaria en el Congreso y en el Senado para institucionalizar una trampa democrática, justo en la antesala de los comicios del próximo mes de mayo”. “El Partido Popular no va a engañarnos a los socialistas, ni va a engañar a la sociedad gaditana y española con su falsa oferta de negociación, una oferta-trampa en la que se ofrece un menú cerrado, con todos sus platos cocinados, y en el que el postre es la perpetuación de los alcaldes y alcaldesas de la derecha, aunque para ello haya que pisotear la esencia misma de nuestro sistema”, ha explicado.
Lejos de esa concepción “partidista”, Irene García ha destacado que “los socialistas estamos convencidos de que la grandeza de la democracia radica en los votos, sí; pero también en el diálogo, en la negociación y en la búsqueda de acuerdos. Y, especialmente y por encima de todo, en cumplir las reglas de las que nos hemos dotado entre todos y en no modificarlas en función de intereses partidistas. No solo no se pueden cambiar las reglas del juego minutos antes de empezar el partido porque al PP le haya venido mal el resultado de las europeas; menos aún pueden modificarse en la mitad del mismo, cuando da por hecho un descalabro en las municipales”.
“En democracia –ha reflexionado la secretaria general-, las mayorías se construyen votando y negociando, cediendo y compartiendo. Precisamente por ese motivo, los españoles nos dotamos de un sistema proporcional que garantiza dar voz a las minorías; y para que esas minorías, agrupadas, puedan llegar a ser también mayorías”. Y ha llamado la atención sobre una constante paradoja en la actuación de la derecha. “El PP habla mucho de democracia, pero ni la conoce, ni la practica. Porque el señor Rajoy debería saber que, en democracia, el mayoritario no puede imponerse a la mayoría; y que un 40% no es mayoría absoluta. Desde luego, mientras el PP no tenga claro ese principio democrático básico y esencial, no puede haber negociación posible”.
La secretaria general ha explicado que esa reforma electoral que plantea el Partido Popular “no responde a ninguna demanda social ni política. Es más, si el Gobierno del PP escuchara a la ciudadanía, retiraría la reforma laboral, acabaría con los recortes, restablecería el Estado del Bienestar en todos sus extremos, restituiría la Ley de Dependencia, cambiaría de arriba abajo un sistema fiscal claramente injusto, aprobaría un plan especial de empleo para Andalucía… Porque esas son las auténticas preocupaciones de nuestra sociedad”. “La urgencia en afrontar esta reforma electoral solo se encuentra en los cuadros directivos del PP, que se ven incapaces de gestionar una más que previsible debacle electoral en el próximo mes de mayo; y en sus alcaldes y alcaldesas, que quieren perpetuarse en el poder, incluso a base de burlar las mayorías”.
Irene García ha recordado que “en los casi tres años de Gobierno del PP, este país ha asistido a un afán por atentar contra los pilares de la autonomía municipal, merced a una Reforma Local nacida de la imposición, que pretendía vaciar de contenido a nuestros ayuntamientos, que quería alejar a la ciudadanía de la institución más cercana a su día a día, que buscaba convertir los servicios públicos esenciales en oportunidades de negocio vía privatizaciones y que, en suma, se traducía en un atentado a la democracia como jamás se había conocido desde la aprobación de nuestra Constitución”.
Y ha concluido incidiendo en que “lo que ahora plantea el PP como una medida de regeneración democrática no es tal. Como tampoco lo ha sido ninguna de las iniciativas amparadas por esa coartada y que han seguido un sentido inverso, justamente en el de limitar la participación de la ciudadanía en la vida pública. Porque su verdadero objetivo es incidir una y otra vez en el desapego hacia la política”.