Los seres humanos somos entre otras cosas producto de lo que hemos aprendido, por eso en vísperas de unas elecciones generales es vital hablar de Educación. De cómo el PP justificándose en la crisis ha metido la tijera en la Educación cuando la realidad es que plantean la Educación como una apuesta económica, la gestión privada de lo público. Invertir en Educación es invertir en futuro y en empleo, pero el PP no quiere verlo.Ya en plena crisis y después de la victoria electoral de 2011, el Partido Popular tenía que pisar el acelerador para racionalizar el gasto de forma urgente. Así que publicó el Real Decreto-ley más odiado de los últimos tiempos, el 14/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo, cuya única pretensión era desmantelar, en lo posible, la educación pública.Tres eran los mazazos que asestar a la Educación en el inicio de su mandato para cubrir sus objetivos. Y para colmo utilizando el decreto-ley, práctica habitual del PP en esta legislatura, que ha batido el record de todos los gobiernos de la democracia. Rajoy ha aprobado 73 decretos-ley (más del 50%) sobre un total de 143 proyectos de ley debatidos en el Congreso.Estas han sido las medidas básicas, entre otras, aprobadas y aplicadas desde 2012. Clases abarrotadas. (Solo uno de cada 10 profesores jubilados podrá reponerse. Hasta que no se autoricen nuevas ofertas de empleo público, las Comunidades pueden ampliar hasta un 20% el número máximo de alumnos en las aulas de Primaria y Secundaria). Más horas de clases. (Con independencia del resto de tareas que tengan que desempeñar los profesores, las horas lectivas subirán a 25 en Infantil y Primaria y a 20 en las restantes enseñanzas). Diez días sin profesor. (Un profesor interino no podrá acudir a realizar una sustitución de un compañero enfermo hasta que no hayan pasado diez días de baja. Durante esos días el centro se las arreglará como pueda, con “los recursos del propio centro”, dice la ley).Así que los directivos de los centros educativos que se apañen como puedan. Pero los padres si notan la falta de personal en aulas, biblioteca, patios, zona exterior o mantenimiento. Entre el inicio del gobierno del PP y el curso finalizado en junio del 2015, se ha reducido en 29.931 los docentes de centros públicos, en cambio hay 1.036.489 alumnos más, según la federación de enseñanza de CC.OO. Los profesores que quedan han perdido más de un 30% de poder adquisitivo, según el sindicato CSIF-E.La OCDE, en su último “Panorama de la Educación (2014)”, ha evaluado el impacto de los recortes de la crisis sobre la financiación de las instituciones educativas. España ha sufrido un descenso del 11% en la tabla de gastos de Educación, acercándose a la media por abajo de los países de la OCDE. Y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), en un estudio para profundizar en lo pasado con el gasto público en educación y sanidad durante los años del 2009 hasta el 2013, informa de un recorte del 21% como consecuencia de los ajustes.El Gobierno del PP más que desmantelar la educación pública en esta legislatura ha propiciado una erosión paulatina, que continuará si no le ponemos remedio el 20-D. El PP actúa como quien roba un céntimo de la hucha cada día y, claro está, no se nota hasta que la hucha está casi vacía. La crisis ha sido una oportunidad única para meter la mano a fondo y llevarse un buen puñado de céntimos o de euros de la enseñanza pública a la privada o concertada.La educación, no tengo la menor duda, es el arma más poderosa para cambiar al mundo, la herramienta esencial para agitar la vida, el elemento imprescindible para crear seres libres y no simples súbditos. Por eso la lucha por una educación pública, gratuita y de calidad es la batalla más urgente de toda la ciudadanía, porque como dice un proverbio africano “para educar a un niño hace falta la tribu entera”.