Porque a nadie le gusta inundarse cuando cae la lluvia. Al menos a mí no. Y seguro que a estos vecinos tampoco.
Porque cuando llueve, yo disfruto relajándome en mi sofá con un libro entre mis manos. Al menos así debería ser. Pero no lo es. ¿Cómo relajarse cuando sabes que te esperan interminables horas achicando agua? ¿Qué se puede sentir cuando las noticias meteorológicas anuncian lluvias? Quizás para algunos es una incomodidad que llueva. Coge el chubasquero, el paraguas, corre hacia el coche…Pero para estos hombres y mujeres del Rinconcillo y El Acebuchal es mucho más que todo eso. Es ver como su casa se llena de agua, como sus sueños se pierden, como quizás la habitación del niño que está a punto de nacer se pierde entre la lluvia…Es sufrimiento y eso es algo que yo no puedo consentir.Por eso, el jueves doce de marzo a las siete de la tarde estábamos ahí, junto a la Iglesia “Nuestra Señora de los Milagros”, para intentar que los vecinos de esta zona puedan seguir soñando, puedan seguir en definitiva viviendo. Y allí estábamos, reivindicando lo que siempre hacemos, lo que llevamos ya por bandera: basta ya de inundaciones, basta ya de pagar abusivamente por el recibo del agua, basta ya de aguantar con unos colectores que precisan ser arreglados urgentemente, basta ya de que hagan oídos sordos cuando se pide un Pleno Monográfico sobre el agua. Basta ya de que jueguen con nosotros.Salimos. Nos manifestamos. Y lo que es más importante: nos sentimos arropados por unos vecinos, hombres y mujeres de honor, que quisieron acompañarnos en nuestra lucha, que también y principalmente era la suya. Y allí estaba también Álvaro, promotor de la página El Rinconcillo Existe, apoyando nuestra guerra y nosotros la suya, pues definitivamente es la misma: ayudar a la gente a que tenga tranquilidad, a que viva mejor, en definitiva, a que puedan seguir viviendo.Y es por eso que desde aquí quiero agradecer enormemente a los que acudieron a la manifestación del doce de marzo porque los miembros de la Plataforma Cívica en Defensa de los Colectores de Algeciras se sintieron apoyados en sus reivindicaciones, se sintieron más fuertes, se sintieron más vivos que nunca. Nuestra lucha y la de ellos es la misma, acabar con el miedo cuando cae la lluvia porque algo siempre he sabido: los milagros empiezan a suceder cuando le das más energía a tus sueños que a tus miedos. El día 12 de marzo no fue el final de una manifestación sino fue el comienzo de una lucha, cuyo final será cuando se acaben las inundaciones en el Rinconcillo y el Acebuchal.