IAM/ARD
Dice el refrán que “aquellas lluvias trajeron estos lodos”. Y partiendo de esta sentencia del pueblo enjaretamos la segunda parte de “La Puñalada”, que es como calificó el alcalde de Algeciras la orden de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía de prohibir la captación para el consumo de los algecireños de las aguas de los manantiales de la Garganta del Gran Capitán. Calificativo de “puñalada” al que nosotros añadimos lo de “trapera”.
Y volviendo a las lluvias y los lodos resultantes, hay que recordar que en la etapa del anterior gobierno municipal del Algeciras del PSOE presidido por Tomás Herrera fue cundo comenzó a fraguarse y hasta se pude decir que se le dio la primera puñalada a los algecireños con el agua de los manantiales de por medio que ya repercutió en el recibo del agua. Ocurrió que Aqualia, el socio privado en Emalgesa, había obtenido beneficios entre 2001 y 2008 por la introducción de agua de manantial en la red de suministro, con un coste sensiblemente inferior a la de pantano, pero cobrada al mismo precio que la de embalse. El entonces alcalde, Tomás Herrera, encargó una auditoría a ATD para analizar la gestión de la sociedad. Ésta, junto a los informes del interventor y el secretario, concluyeron que no cabían reclamaciones a Aqualia como consecuencia de posibles saldos positivos porque el socio privado asumía la concesión en riesgo y ventura, según el pliego de condiciones de 1995. Los auditores fijaron un saldo favorable de 2,9 millones en siete años. Todo lo cual se puede traducir en el sentido de que Aqualia se fue de rositas y con los bolsillos llenos, mientras que los contribuyentes algecireños tenían que pagar más por el agua que consumían.
El PP, al llegar a la Alcaldía, renegoció las condiciones pactadas por el anterior equipo de gobierno y logró reducir en un 25% la subida prevista en el recibo por la entrada en vigor del canon de depuración de la EDAR. Esto no evitó una contestación ciudadana cuando llegó la primera factura y una manifestación de alrededor de 2.000 personas. Por su parte El Grupo Municipal Socialista insiste en que la captación de agua en los manantiales de Algeciras está beneficiando más al socio privado que a los ciudadanos, un argumento que defendía el señor Landaluce cuando estaba en la oposición y que ahora no quiere recordar. De hecho, el señor Landaluce llegó a reclamar tres millones de euros por este concepto a Aqualia, e incluso anunció posibles responsabilidades penales y civiles que nunca sustanció.
“Así no se puede ir a ninguna parte con el alcalde y diputado del PP, porque demuestra que no tiene discurso político coherente. Está cegado por su animadversión hacia cualquier institución que no sea del PP, y en esto olvida los intereses de Algeciras e impone los de su partido”, asegura Diego Sánchez Rull, portavoz municipal socialista. “Esta actitud del señor Landaluce emana de su afinidad con estos intereses privados, que ya respaldó cuando creó junto al PA la empresa mixta que hoy es Emalgesa”. La conclusión a la que uno llega es que a los ciudadanos de Algeciras con el agua de sus manantiales le han dado no una sino varias puñaladas todas ellas traperas: las que se pegan por detrás.