Desde el más absoluto respeto al sentir y caminar ideológico de cada cual. Ya dijo El Guerra que “hay gente pa to”. Situándonos en la acera de la derecha, hasta los militantes del PP e incluso los más fieles devotos de si líder Mariano Rajoy tienen que reconocer que el gallego que tiene a la Moncloa oliendo a puro, carisma, lo que se llama carisma tiene bien poca. Le pasa como a los toreros que aunque lo estén haciendo bien (que no es el caso), llegan muy poco arriba a los tendidos. Sentado esto, tengo que reconocer que con la excepción que marca la regla Rajoy lo ha bordado o como digo en el titular Rajoy ha estado “sembrao”. Rajoy que tras sentarse frente a Aznar en un velador a palo seco (no agua tenían encima de la mesa) jugando en el terreno de la que fuera su jefe (la Fundación FAES), que lo puso contra las cuerdas hace mes y medio leyéndole la cartilla públicamente, ahora el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya en el atril, a su aire, en plan gallego, pero más claro y directo que nunca, le ha devuelto la pelota. Y es que si Aznar le había criticado por no hacer las reformas necesarias, él enumeró todas las últimas aprobadas y le lanzó al final un mensaje rotundo: “Nos quedan dos años y medio de Gobierno. Los balances se hacen al final. No se puede hacer un balance al principio porque eso no es justo y no conduce a nada”. Lo que traducido al cristiano lo que le dijo a Aznar fue: cállate y déjame gobernar a mi aire estos cuatro años y luego habla. Luego Rajoy dirigiéndose ya a nosotros los sufridores, olvidándose de todo lo que nos ha echado encima y más todavía lo que nos ha recortado, terminó echándonos la sal en la mollera creyendo que nos mandaba un mensaje optimista al afirmar que España “está mejor que en julio del año pasado” y “mucho peor que en julio de 2015”. Ni los Morancos le echan más arte a la cosa.