Con el título de “Gibraltar, en el cruce de caminos”, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo firma un artículo que la prensa la prensa de este lado de la Verja ha recogido, y que vamos a comentar según el mejor saber y entender de un algecireño que vive frente a la Roca y que con el Peñón a la vista se acuesta y se levanta.
Comienzo por suscribir la primera parrafada de “Cruce de caminos” de Picardo: “En política, el oportunismo es siempre rechazable, porque la política debe hacerse desde los principios y las convicciones.
Pero también existen las oportunidades. Éstas ayudan a poner de manifiesto ante los ciudadanos la posición de cada uno”, matizándole que él es el gran oportunista y generador de las altas cotas de tensión que ha alcanzado las relaciones entre España y Gibraltar desde que ganó las elecciones y gobierna.
Decirle claramente a Picardo que miente cuando afirma que :”El Gobierno de Gibraltar no se ha inmiscuido ni se inmiscuirá en la política española, ya que su “Cruce de camino” es de cabo a rabo una intromisión en la política española, arrimando el ascua a su sardina, hasta cuando incluso parece que lo que lanza son piropos y son dardos envenenados:”Lo hemos observado con tristeza, cuando el pueblo español ha enterrado a Adolfo Suárez y lo ha ensalzado como paladín del diálogo y el consenso que sirvieron para que España pasara de una dictadura a una democracia.
Tránsito, dicho sea de paso, que Gibraltar, en esos tiempos de frontera cerrada, celebró sinceramente. Todos, independientemente de nuestras ideologías y de nuestras nacionalidades, debemos hacer honor a su legado y al de aquellos otros que, aquí y allí, lucharon con altura de miras por encontrar soluciones razonables y aceptables para todos”.
Y es de un gran cinismo decir que “esa es decididamente la vía del Gobierno de Gibraltar en la presente encrucijada”, cuando con él, con Picardo llegó el escándalo y el enfrentamiento alcanzó unas cotas y virulencia nunca antes padecidas. La osadía de Picardo llega al extremo de la sibilina manera de negar la mayor y de hacerse la víctima cuando es el verdugo: “Mientras tanto tenemos que enfrentarnos cada día a acusaciones sin fundamento sobre rellenos inexistentes, que son simples espigones para proteger una pequeña playa.
Sufrimos ataques contra la ejecución de un arrecife artificial (traducir por los bloques se hormigón lanzadas con las más aviesas de las intenciones) para la regeneración de un caladero absolutamente esquilmado, que, por cierto, no ha sido nunca zona de producción marisquera En los últimos meses, hemos podido comprobar fehacientemente el poco interés que tiene el Gobierno español en resolver esta crisis. Nosotros, sí lo tenemos”En su no inmiscuirse de la política española, el que más lo ha avivado afirma “no es mi deseo echar más leña al fuego”, y ha pedido incluso que sea la Royal Navy la que meta en cintura a España o al menos nos asuste.
Picardo no se olvida de Algeciras y de su “amigo”, José Ignacio Landaluce, dejando ver que el viaje le ha jodido cantidad: “Por otra parte, el alcalde de Algeciras está en Argentina (a título personal, dice) para hermanar su ciudad con Río Grande por las similitudes entre Gibraltar y las Malvinas. Añadiré poco más porque entiendo que tal acción se califica por sí sola.
No es mi deseo echar más leña al fuego. Pero diré sólo esto: la relación simbiótica existe sin duda entre las ciudades colindantes de La Línea y Gibraltar. Sufrimos juntos las acciones de gente alejada de nuestros problemas y celebraremos juntos el entendimiento cuando podamos conseguir que sea de nuevo el marco de nuestras relaciones”. Calladito estarías más guapo.