IAM/http://unodaquialgeciras.blogspot.com.es/ Las Asociación de Vecinos que recordemos, la forman, los vecinos, es decir, las personas que conviven en una comunidad, y que se organiza legalmente como institución para su participación en la vida pública y el logro de fines comunes, asociaciones de vecinos que surgen para lograr el desarrollo de la calidad de vida de esa comunidad en todos los ámbitos: el urbanismo, la educación, la movilidad, la salud, el medio ambiente, las libertades sociales, etc, y que en su conjunto forman el llamado movimiento vecinal, que en Algeciras es actualidad tras la noticia de que el Ayuntamiento de Algeciras a través de su Delegación de Participación Ciudadana y Atención al Ciudadano ha organizado el próximo 26 de octubre en el Edificio Guillermo Pérez Villalta una reunión con responsables vecinales de Algeciras, con el objeto de elegir a su representante en el Consejo Territorial de Participación Ciudadana del Campo de Gibraltar, órgano dependiente de la Diputación Provincial de Cádiz.
Movimiento vecinal de Algeciras en general y cada una de las asociaciones de vecinos que lo forman a las que con independencia de su distante y en ocasiones hasta distinta hoja de ruta, se les puede aplicar las frases hechas de “ya nada es lo que era” y “cualquier tiempo pasado fue mejor”, que tan múltiples y contradictorias aplicaciones tienen, y que son de aplicación en este caso porque tras décadas de una gran actividad y una no menos politización de las mismas, con sonadas historias, no pocas de ellas nada edificantes y hasta vergonzosas, pero positiva en su conjunto, ya que no se puede negar el protagonismo del movimiento ciudadano en las profundas transformaciones políticas urbanas, sociales y culturales acaecidas, y cuyos dirigentes (y aquí cabe lo de por desgracia, con el justo añadido de, no todos) velaban por la independencia de sus asociaciones, hasta el punto de que fue incluso mayor la influencia del movimiento ciudadano sobre los programas de los partidos políticos que viceversa. De hecho, su decidida apuesta por la democracia participativa, así como su carácter asambleario y democrático hicieron de las asociaciones verdaderas “escuelas de democracia”.
Movimiento vecinal que se fue degradando tras una dudosa colaboración con las administraciones públicas, de la que algunos sacaron tajada, ya que el movimiento vecinal de Algeciras ha tenido que soportar algunos presidentes de sus asociaciones de vecinos, y hasta una presidenta de su federación, de cuyos nombres no quiero acordarme, que han pasado a la historia negra de ese movimiento vecinal por su politizada y hasta vergonzosa actuación y su entreguismo prostituyendo los objetivos del movimiento vecinal. Y si esta ha sido la cruz, la cara representada por no pocos dirigentes vecinales íntegros y luchadores, y de entre ellos si quiero acordarme del desaparecido y tan añorado, Juan Sevilla que fue todo un referente durante bastantes años, de lo que puede, debe y tiene que ser un representante de los vecinos de una barriada, en este caso la del Rinconcillo.
Movimiento vecinal de Algeciras, que además de bicéfalo y fracturado parece padecer un estado de sopor o adormecimiento, que con algunas excepciones, tienen bajo mínimos el movimiento vecinal de Algeciras, una especie de pasotismo que no es nada positivo en una situación de tantas carencias en todos los aspectos, y que curiosa y hasta paradójicamente coincide con la aparición de los nuevos y emergentes partidos políticos, todo lo cual ha generado que sean los vecinos afectados por las carencias y actuaciones de las administraciones las que tomen el relevo de cara a sus reivindicaciones a través de plataformas y otras actuaciones más sonoras y contundentes.
