IAM/A.L.J.
Contrasta el espíritu del 45 con el de 2013. En este año desde el corazón de la rica Europa se ha abierto la veda para sustituir el Estado del bienestar por un concepto vacío de contenido como es el de la “sociedad participativa”, aunque mejor sería llamarla “sociedad privativa”.
Estos días se está proyectando en Madrid la película “El espíritu del 45” del director británico Ken Loach , donde se hace un análisis de cuáles fueron los motivos que llevaron al Reino Unido a salir adelante al finalizar la Segunda Guerra mundial en 1945. Es un documental que trata de reflejar como el país avanzó a pasos agigantados en materias como sanidad, transportes o industria, abriendo las puertas del bienestar social a toda la población.
Ken Loach es un director de cine y televisión con un fuerte componente de realismo en toda su obra. En esta polémica película documental su compromiso es tan persuasivo como en sus anteriores películas, pero con un intenso blanco y negro, que intenta homogeneizar las imágenes de archivo con los testimonios, iza la bandera roja para mostrarnos la resurrección de Gran Bretaña después de la guerra.
En la construcción del Estado del bienestar británico la gran joya de la Corona fue el Servicio Nacional de Salud. Fue durante décadas el ejemplo que intentaron copiar los demás países europeos hasta los años ochenta, cuando la señora Thatcher -tan admirada por los dirigentes del Partido Popular- inicia la demolición de la sanidad pública para entregársela a la iniciativa privada.
Hay dos testimonios en el documental que retumban por encima de todos los demás. En uno se dice que “la ampliación de lo público se decidió para evitar el paro y el sufrimiento de quienes se quedaban en el camino como había sucedido tras la I Guerra Mundial. Hoy hay hogares en los que conviven dos generaciones (padres e hijos) sin puesto de trabajo”. En otro se sostiene que “las personas que hoy están contribuyendo a destruir el Estado de bienestar son las que ayer se aprovecharon de él para formarse y crecer”.
Qué contraste del espíritu del 45 con el 2013. No hemos aprendido nada. En esta crisis estamos poniendo en juego el modelo social europeo, la mejor utopía factible de la humanidad, que es lo que ha hecho superior a Europa sobre otras partes del mundo durante casi siete décadas. Resulta extraño que justo cuando aumentan las desigualdades se plantee con más fuerza el debilitamiento del Estado de bienestar. ¿Por qué será?
Los ciudadanos españoles y europeos no podemos permitir el triunfo de las ideologías egoístas y conservadoras sobre la razón que siempre está de parte de la ciudadanía. Y mucho menos permitir que se pierdan unos derechos pactados en la postguerra por los partidos de izquierda y derecha para corregir tantas desigualdades insoportables que existían en aquella injusta sociedad. Por eso no hay que desfallecer. La lucha continua, porque al final el pueblo siempre gana. Y la historia lo confirma.