Escrito por Nurya Ruiz
Como ya se fue este año horrible dejándonos un mal sabor de boca, solo nos queda para poder volver a la rutina diaria con un poco más de alegría, la esperanza de la Lotería del Niño y los Reyes Magos.No me gustan los juegos de azar, soy de las que pienso que sin esfuerzo no se valoran las cosas y como sabrán el esfuerzo de comprar lotería, es mínimo, aunque sí es cierto que para algunos este año ha sido un gran sacrificio poder gastar unos euros en un boleto.Así que se me reducen las expectativas a nuestros viejos y querido Reyes Magos, tan cómplices de nuestros sueños y tan culpables de los mismos si no los conseguimos.Por eso, he redactado con sumo cuidado mi carta para ellos y dice así: Queridos Reyes MagosComo en este año las noticias que recibía desde mi humilde televisor han sido de recesión económica, brotes verdes que se quemaron con los meses, desahucios hipotecarios, yupis de manos largas y tertulias ofensivas tanto para las personas como para el aparato auditivo, os pido me traigáis una televisión donde las noticias sean reales y realistas, donde las palabras sean voces moderadas por el respeto, donde el sonido se nivele automáticamente calmando los ánimos y donde la cultura sea prime time en todos los canales.Además, mis queridos Reyes Magos, como este año hemos tenido la gran dicha de conocer que los asesinos de ETA están descansando, aunque no han dicho por cuanto tiempo, os pido que ya que no se han decidido a dejar las armas todavía, ustedes se las cambiéis por perfumadas flores de colores y así si uno de esos locos intenta armarse de nuevo por el simple hecho de que no le gusta lo que se decide democráticamente en el hemiciclo o porque una mañana tienen dolor de cuernos y creen que es por culpa de la política, sólo puedan agarrar sus tallos y disparar pétalos al viento.Como además este año hemos comprobado como los señores de los bancos han visto crecer sus bolsillos con comisiones desorbitadas y crecer sus bienes inmuebles con las viviendas de trabajadores sin trabajo, valga la redundancia, a los que ellos mismos concedieron hipotecas aún a sabiendas de lo que se nos venía encima, os pido, muy en serio, que como en aquella película de navidad, esos señores cambien un día su vida, como en un sueño, y convivan en los albergues con esos clientes a los que les han robado sus casas, que compartan su humilde comida recogida en asociaciones y ong´s y que anden por la ciudad entre ellos sin el respaldo de guardaespaldas ni coches con cristales tintados.Y por fin, queridos Reyes termino ya con un último deseo. Que no se quede ni un niño sin juguete y que cada juguete bélico que entre por las puertas lo cambiéis por un libro del Principito, para que los niños que son nuestro futuro crezcan en paz y armonía con su entorno.Sé que en estos días estáis muy ajetreados con tanto trabajo, tanto deseo y tantas ilusiones que os piden y que lo que yo anhelo es casi un imposible ¡pero para eso estáis ustedes!, para realizar los imposibles que os pedimos una vez al año.Y así termina mi carta que mandaré ahora mismo por mensajería urgente no vaya a ser que se pierda por el camino y mientras yo seguiré adelante, jugándome la vida día a día, ilusionándome con mi trabajo, con mis lecturas, con mis silencios, con vuestra palabra, con vuestra amistad y con vuestros afectos por si mis queridos Reyes Magos, un año más, se les olvida entre tanto ajetreo, leer mi carta. ¡Que tengáis el mejor de los años!