Se mire, según con qué, y, aunque decadente económicamente y, con muy poco peso político como para hacerse oír, también, pero existe.
Y su existencia no discutida, pero si su notabilidad, van en paralelo con la misma que acompaña a España. Una España que no tiene más remedio que ir a menos, puesto que, la gobernanza que nos hemos dado, (reconoceré, mi mea culpa), está resultando un fracaso, puesto que, lo que en principio se consideró una descentralización administrativa, con la creación de las CCAA, estas, se han convertido, arrastradas por el café para todos, después de cada exigencia de los nacionalismos periféricos, en verdaderos centros de poder que, no sólo entran en competencia unas contra otras, diluyendo, cuando no desobedeciendo claramente, las decisiones que emanan de la que debiera ser la voz única de todo el Estado: Gobierno de la Nación. Alguna CCAA, pudieran ser consideradas, en comparación con otra parte del mismo país u otra Comunidad Autónoma, un paraíso fiscal. Imperdonable.
Cualquier ciudadano de otro país con semejanzas al nuestro, observa este guirigay donde cada cual va a lo suyo, esto le suena a chiste,
La Consecuencia; no es que el presidente Sánchez pinte poco, es que las cajas de grillos, cada uno cantando en el tono que mejor le va, además de molestar, no las quiere nadie.
Y en la Comarca de Gibraltar, a parte de los localismos, en muchos casos empujados por los dirigentes políticos comarcales, cuyas anteojeras locales no le dejan ver más que la pared de enfrente. Son personas de corto alcance. Le puede pasar igual si prosperara lo del partido Comarcal.
Por qué, porque, como cualquier empresa que mire al futuro, la visión de ella tiene que ser global y no caer en los tabiques de hormigón armado que suponen los centros de poder o departamentos estancos.
Si ya invertir en España resulta harto difícil, porque no se sabe como reaccionaran las distintas administraciones (Local, Autonómica o Nacional) ante un mismo hecho. Y como ejemplo un botón; el problema que intentan resolver para su consecución, los proyectos sobre energías renovables en la Comarca.
Ahora bien, tiene solución el problema económico de la comarca del Campo de Gibraltar; sí, radicalmente, sí. Pero debe salir de aquí y no desde el elitismo intelectual, sino desde un movimiento que sea cuanto más transversal mejor. Lo demás son pérdidas de tiempo.
Y no quiero nombrar a nadie, pero existe en esta Comarca un capital intelectual, que para sí quisieran muchas zonas de España. Pongámoslo a trabajar.