.Plácidamente en las plazas de los pueblos ya nadie espera al capataz que les seleccione para un trabajo. ¡Un trabajo! Nada más y nada menos. Porque sólo con trabajo ya las cosas de cada día se ven con otros ojos, más serenos, más esperanzadores. Y él y ella esperan con casi la treintena que alguno pille un trabajo. Uno de esos que ya no quedan. Un trabajo fijo y de verdad, con un sueldo suficiente para permitir poder obtener una hipoteca y tener acceso a un techo en el que juntos vivir y con suerte convocar una nueva vida, a la que amaran y cuidaran hasta su muerte.
Pero no parece que ese buen día llegue y la desesperanza va anidando en su ánimo. Ellos, como otros millones de jóvenes andaluces, solo entre 30 y 35 años hay medio millón, son testigos de tiempos inciertos. Sus padres impotentes también se percatan con amargura, de que se truncaron sus anhelos de ver a sus hijas e hijos viviendo felices y tranquilos.
Atónitas las personas asisten a la destrucción del medio ambiente y el impacto negativo, en todas las formas de vida, del cambio climático que ya está aquí y parece ser que no se buscan remedios. Máxime cuando las políticas energéticas y gestión de aguas son esenciales y están en manos privadas.
La incertidumbre sobre la atención que se recibe al llegar a edad avanzada, unida a la más que dudosa pervivencia de la pensiones, sobrecoge a quienes a ella llegan o están a punto. Las demoras en la atención sanitaria y a mayores trasmiten una inseguridad notable. Experimentando quienes precisan de ella que son maltratados, cuando más lo necesitan.
La zozobra no para y ante ella comienzan a movilizarse miles de personas en toda Andalucía porque no se resignan ante el caos social en el que se vive. Uno de estos movimientos se autodenomina En marcha por Andalucía y pretende iniciar movilizaciones que tendrán lugar durante este otoño por toda Andalucía. Hay ya convocadas otras por plataformas, foros y asociaciones.
¿Qué asuntos son los que unifican estas movilizaciones? Un primer eje parte de que una causa importante de la situación actual reside en la privatización de lo público. Por ello es imprescindible defender todos los servicios públicos (sanidad, pensiones, educación, vivienda, justicia, transporte, servicios sociales
). Para que sean de titularidad pública y con control social. Por ello el principio esencial es Dinero público solo para lo público punto de referencia que permitiría garantizar los derechos humanos, que están hoy más que no hace tanto en entredicho.
Otro eje esencial para ese fin se centra en la generación y reparto del trabajo, siendo imprescindible reducir la jornada laboral a 30 horas semanales, sin pérdida salarial y a corto plazo, así como un tratamiento fiscal optimo del trabajo autónomo y de la pequeña empresa, (los mayores creadores de empleo) que conllevaría una política fiscal transparente, progresiva y distributiva. Buena parte de estos puestos de trabajo se aplicarían a la emergencia climática, en defensa de la biodiversidad, mantenimiento de los equilibrios de los ecosistemas y la prestación de servicios públicos esenciales, antes enunciados. Un tercer eje esencial de esta movilización invoca la Igualdad efectiva de todas las personas para conjurar cualquier discriminación negativa.
Pocas dudas tiene cualquier persona a la que se le invite a apoyar estas imprescindibles mejoras. Sin embargo la respuesta ciudadana para conseguirlas es modesta y además se muestra fraccionada. Multiples plataformas pretenden por separado movilizarla, interfiriéndose unas a otras. Todas las plataformas comparten básicamente todos o algunos de estos ejes sin que sean capaces de coordinarse. Marchas, Foros, Plataformas en defensa de las pensiones, del ferrocarril, de la Memoria Histórica, anti desahucios, de la salud o de la educación, públicas
Por otro lado Andalucía es tierra propicia para el asociacionismo, al menos formal. Si alguien, venido de fuera, tuviera datos sobre número de asociaciones registradas en Andalucía podría concluir erróneamente que este pueblo está preparado para asumir el protagonismo que en una sociedad democrática el pueblo debe tener. Un elenco de más de 80 mil asociaciones, de las cuales casi 30 mil tienen por objeto la defensa de estos ejes permitiría esperar una mayor actividad ciudadana en la defensa de los derechos sociales, laborales y medioambientales. Y si eso no es así ¿A qué se está esperando? El cartel de la foto de este artículo es un ejemplo de como coordinarse. Desde luego nadie puede quejarse de que toda la población andaluza está invitada a multiples eventos. Los más próximos: 24 de septiembre Huelga contra el Cambio Climático, 25 septiembre Quienes están se quedan, estabilidad en el empleo, 16 de octubre Pensiones, 23 de octubre y 13 de noviembre En marcha por Andalucía