El espectáculo tuvo lugar en la noche de este pasado sábado en la sala McCartney, donde la banda algecireña de tributo a Nirvana destapó sus esencias en el escenario del local de la calle Sevilla.
Una ambiciosa apuesta, lista para trasladarnos a los queridos años 90, con una fidelidad exquisita; la armonía del violín de María de Grandy, la esencia acústica de sus guitarras, la inigualable voz de Ángel Beltrán junto a una refinada puesta en escena … en resumen una atmósfera mágica y nostálgica que desembocó en un explosivo final de fiesta que encandiló a todos los presentes.