Eva, Fran y una guitarra. Fran y Eva, arte y sentimiento, ¿qué es si no el Flamenco? Él y ella y un par de sillas. Ella y él y un local cargado de ojos abiertos y oídos expectantes. Las verdaderas estrellas no precisan de grandes escenarios.La forma en que los dedos de Fran exprimen todo el potencial de su guitarra me hicieron confundir el arte con la magia. Los ojos cerrados de Eva y su torrente de voz enamorada completaron el hechizo. Pensaba que no podría emocionarme más pero el duende la levantó de su asiento y, cuando Eva Montilla se levanta, se para el mundo. Disfrutaban del concierto junto a mí un par de artistas tratando de contener su arte, Antonio Carrasco y Antonio Cruz, que acabaron sumándose a la pareja para encender la traca final a base de palmas, jaleos y sonrisas contagiosas. Y es que Eva y Fran tienen la culpa, son la causa de mi insomnio. De mi carne de gallina, de estas lágrimas de emoción escapando de mis ojos, de que busque versos en este corazón que jamás fue poeta aunque a veces quiso serlo. Fran y Eva tienen la culpa de que mis párpados no se cierren en esta noche de tormenta. Eva y Fran, responsables de que quiera ser gitana, de que pase la noche en vela esperando el alba. Fran y Eva tienen la culpa de que el sueño se me escape buscando letra a una copla abandonada, a una canción sin cantaor, a una música sin guitarra.
¿Cómo voy a dormir?Con esa bocacon sus promesas,con tantas cosas en la cabeza¿Cómo voy a dormir?Con esta nochey aquella lunacon ese cante que me atraviesa¿Cómo voy a dormir?Con esa musa que no me dejacon estos versos que me desvelan.
Hoy que ha empezado la semana no puedo evitar pensar en el Señor Gilmore, el de la sección de opinión y su Algeciras no te escondas. Él hubiera dicho algo así como: Me pregunto en qué capital europea tienen el privilegio de disfrutar de un sublime concierto como el de Eva Montilla y Fran de Algeciras un lunes por la noche.
Una crónica de Poison Ivy