Con tan tremenda concatenación de temazos me llevaron por el mal camino y terminé por ofrecer mi alma al diablo por una pista de baile y una cerveza. Menos mal que el diablo no trabaja los lunes.Aunque quizás fue mejor que permaneciera sentada porque con el temperamento roquero que se gastaban aquellos cuatro monstruos y, teniendo en cuenta que aún me estaba recuperando del fin de semana, me habría cansado de bailar mucho antes de ellos de tocar.El concierto fue doblemente gratificante para mí, que asistía por primera vez a un Campus Rock. Los mejores grupos suelen ir a tocar a las ciudades más grandes y, Algeciras no lo es. Así que cuando te encuentras con una banda de la calidad de los Bottle Rockets y encima no te cobran entrada, no sólo te entran ganas de aplaudir a los músicos sino también a la gente de la organización, desde aquí, un aplauso para la Universidad de Cádiz y la Fundación Municipal de Cultura. ¡Oootra, oootra, oootra!
Poison Ivy