En la excavación se encontró una pileta realizada con lajas de piedra y ladrillo que tiene en su fondo un lebrillo en excelente estado de conservación. La balsa está relacionada con alguna actividad industrial, lo que permite deducir que esta zona estaba ligada a uno de los barrios artesanales de la ciudad, seguramente cercano a uno de los zocos. Por sus características puede relacionarse con otras piletas de época andalusí halladas en Málaga o Granada. En estas ciudades, se han interpretado como pertenecientes a las tenerías o tintorerías, en relación con las labores de curtido y tintado de pieles.
Tras la excavación fue creada una estructura de ladrillo alrededor de la pieza, y fueron cubiertas por un suelo de cristal que permite su perfecta observación.
La edil ha querido poner en valor la importancia de este pedacito de historia de nuestra ciudad, que además ha sido la primera ocasión en la que unos restos arqueológicos son puestos en valor e integrados en un espacio privado, pudiendo ser contemplados por cualquier persona que se acerque hasta allí, ya que tras la excavación fueron cubiertos los restos por un suelo de cristal que permite su perfecta observación y para finalizar, ha querido dar las gracias al propietario del local todas las facilidades ofrecidas, así como por su compromiso con la cultura, historia y patrimonio de nuestra ciudad.