Los concesionarios oficiales de automoción ven otra amenaza en la siguiente curva. A la crisis económica, el probable fin de las ayudas recogidas en el Plan 2000E y el alza de dos puntos del IVA se le une ahora la liberalización del negocio de posventa a partir del 1 de junio. Ésta es la actividad que sustenta buena parte de su cuenta de resultados, toda vez que la guerra de precios ha reducido a la mínima expresión los márgenes. “Hasta el 30% de los concesionarios podría llevar a cabo expedientes de regulación si la Comisión Europea (CE) no aplica un periodo transitorio de tres años para la posventa”, advierte el secretario general de la patronal de los concesionarios oficiales (Faconauto), Blas Vives. Los acuerdos entre los fabricantes y sus concesionarios están regulados por un Reglamento comunitario vigente desde octubre de 2003 y que expira el próximo 31 de mayo. El texto legal permitió que los fabricantes se acogiesen al modelo de distribución selectiva, una modalidad de comercialización que limitaba el número de distribuidores, asegurando así “un alto nivel de calidad, tanto en la venta de vehículos como en la posventa”, explica Vives. Para los concesionarios, estos contratos supusieron un alto nivel de inversiones, cuya amortización necesitaría entre 12 y 15 años, detalla el directivo. Una cifra lejana a los siete años que han transcurrido desde la entrada en vigor de la directiva. “No estamos en contra de la competencia, sino en contra de la competencia desigual”, asegura. “Nosotros tenemos unos costes fijos más elevados, debido a los contratos de distribución selectiva que hemos firmado que nos han obligado a realizar fuertes inversiones”. Inversiones a las que, claro está, no estarán obligados los nuevos entrantes en el negocio de la posventa. Se da la circunstancia de que Bruselas sí ha accedido a aplicar un periodo transitorio en la venta de vehículos. Vives critica esta decisión, dado que, explicó, para la posventa es necesario un tiempo más largo de formación y una mayor inversión en maquinaria y utillaje. La consecuencia, según Faconauto, es que habrá empresas que deban cerrar, otras que se vean obligadas a procesos de fusión y, por encima de todo, expedientes de regulación de empleo en hasta un 30% de las compañías, según sus cálculos. Llueve sobre mojado, a juicio de la organización patronal. La caída de las ventas que ha experimentado el mercado español en los últimos dos años ya condujo al conjunto de las redes de venta a números rojos en 2008. Estas pérdidas prosiguieron durante la primera mitad del pasado año. En estos meses, la industria registró caídas de ventas de hasta del 50%. La entrada en vigor del Plan 2000E y el alza de ventas a partir de mayo, sin embargo, alivió la situación de las empresas, que lograron finalizar el ejercicio con un ratio de rentabilidad sobre facturación real del 0,02%, según datos de la consultora Improven. Es decir, los puntos de venta retuvieron en forma de beneficios dos céntimos de cada euro que ingresaron. El ejercicio fue peor para las marcas premium, dado que accedieron en mucha menor cuantía a las ayudas. En su caso, su rentabilidad fue negativa en un 0,65%. Las marcas generalistas compensaron los números rojos con un ratio de rentabilidad del 0,35%. Pese a todo, la posventa dejará de ser tan buen negocio en un futuro, dado que a menos coches vendidos menos pasos de taller. Según Improven, la posventa caerá por encima del 10% anual en los próximos tres años, y no empezará recuperarse hasta el año 2014, cuando la caída sea ya sólo del 2%.
Fuente: CINCO DÍAS