Alegre, sencillo, cercano y romántico. Pablo Alborán volvió a Algeciras en menos de un año para la alegría de sus incondicionales. Romanticismo a raudales y profesionalidad en un chico que acaba de empezar y que tiene delante un gran futuro.
Horas antes del inicio del concierto ya había fans haciendo cola. Mereció la pena porque lo dio todo.