Esa posición excede ampliamente las tres millas de distancia en torno al Peñón, que son aguas reivindicadas por el Reino Unido, pero cuya soberanía no reconoce España y en las que se han sucedido los incidentes cuando la Royal Navy o la Policía gibraltareña han impedido el acceso a las patrulleras de la Guardia Civil. El nuevo episodio tuvo lugar la semana pasada, en concreto el día 9. Una patrullera de Algeciras navegaba en la zona de la Playa de la Atunara de La Línea de la Concepción (Cádiz). Los agentes detectaron dos embarcaciones que navegaban hacia el sureste desde Punta Europa, en dirección a Marruecos. Eran poco más de las once de la mañana. Pasadas las dos, una patrullera y una lancha semirrígida, ambas de la Armada británica, variaron el rumbo hacia el Este. Ante este cambio, los agentes españoles decidieron actuar y navegaron hacia las embarcaciones no sin antes informar al centro operativo de servicio de Algeciras, dado que las lanchas británicas se encontraban en aguas jurisdiccionales españolas. La embarcación de la Guardia Civil ya había fijado la posición en la que se encontraban y había determinado que estaban a 6,1 millas al este de Punta Europa en Gibraltar y a otras seis al sureste de la playa de la Atunara en La Línea.
LOS DE LA ROYAL NAVY NO SE ARRENDARON
Pero los miembros de la Royal Navy no se arredraron, sino todo lo contrario, y exigieron por megafonía a los españoles que abandonaran la zona en cinco minutos al tiempo que izaron dos gallardetes, uno rojo y otro rojo y blanco a cuadros, que en el código internacional de señales se traducen c mo «peligro inminente» y «se dirige usted hacia un peligro», respectivamente. Los agentes no tuvieron tiempo de comprobar si las británicos estaban haciendo algún tipo de maniobra como una carga o trasvase de mercancía peligrosa -la información de la bandera roja-, que podría ser munición o similar porque las embarcaciones abandonaron las aguas y se dirigieron rumbo a Gibraltar.
LA PATRULLERA LAS SIGUIO
La patrullera algecireña las siguió, puesto que como se ha dicho, se encontraban en aguas españolas. Pero no llegaron a meterse en el puerto como ocurrió hace dos meses. Cuando estaban a unas dos millas de Punta Europa una embarcación de la Policía gibraltareña les salió al paso. Los agentes ya estaban informados de lo que había ocurrido tras el aviso de la Royal Navy. En este caso sí fructificó el entendimiento y sin más resquemores cada uno se dirigió a su lugar de destino. Seguidos con altavoz Nada más retomar el rumbo la patrullera, la Armada británica decidió continuar con el acoso que había dejado en punto muerto y persiguió a la lancha hasta mitad de la bahía de Algeciras, con su megafonía a tope, instando a los guardias civiles a que dejaran esas aguas y con las dos banderas izadas.
DIAS ANTES DEL SIMULACRO
Las fuentes consultadas interpretan la actuación de la Armada Británica como una muestra más del envalentonamiento de Peter Caruana y, por ende de las embarcaciones del Peñón, derivado de la forma en que se resolvió el episodio de las detenciones de los cuatro agentes el 7 de diciembre. Rubalcaba primero se disculpó ante Caruana y luego preguntó, y no muy distinta fue la actitud del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, cuando incidió en que no fue cuestión de aguas sino que los funcionarios llegaron al territorio. Ambos obviaron que se trató de una «persecución en caliente» y que España había firmado un acuerdo en 2000 que la ampara. También se orilló el hecho de que los guardias civiles que perseguían a dos narcos realizaron señales acústicas y luminosas para alertar. Por estos motivos, la resolución del incidente causó un hondo malestar en la Guardia Civil.El nuevo altercado se produce además sólo unos días después de que se supiera que España y Reino Unido preparan para los próximos días un simulacro de lucha contra la contaminación y salvamento marítimo en la bahía de Algeciras, en el que está previsto que intervengan patrulleras gibraltareñas y españolas, junto a Salvamento Marítimo. Eso antes de que trascendiera el penúltimo intento de humillación. Foto archivo.