TCAM-ALGECIRAS/REDACCIÓN
El hotel Marina Victoria denuncia la situación de desamparo que sufre uno de sus clientes, que no está siendo atendido por ninguna entidad o administración a pesar de las llamadas de auxilio realizadas desde la dirección del hotel.
El cliente, de 82 años y nacionalidad francesa, está alojado en el establecimiento desde el 26 de junio y desde hace días se niega a recibir atención sanitaria, a pesar de sufrir un evidente deterioro físico.
En los últimos días, el anciano ha permanecido recluido en su habitación, negándose varias veces a abrir la puerta a las camareras del hotel, y sin recibir alimentos desde el domingo. Desde la dirección del Marina Victoria se muestran muy alarmados por el estado de este hombre, cliente habitual del hotel, por lo que han llamado a diferentes servicios de emergencia, sin que hasta ahora nadie haya actuado para atenderle.
El propietario del hotel algecireño, Miguel Gallego, detalla una situación que cada vez es más desesperada. “El 29 de julio las camareras me avisan que el cliente ya no sale de la habitación y que cada vez está peor, tose continuamente y da muestras de un deterioro físico muy importante y evidente”.
“De manera inmediata –prosigue Gallego-, aviso a la Policía Local, donde me dicen que ellos no pueden hacer nada en esta situación y que al día siguiente acuda a Servicios Sociales”. “El día 30 voy a la delegación de Servicios Sociales, donde quien me atiende me dice que no pueden actuar porque es un tema de inmigración, y que llame al 061”.
“Tras contactar seguidamente con este número, en el 061 me dicen que lo desviarán al 112 Emergencias, que son los que pueden tomar cartas en el asunto verdaderamente. Sin embargo, el 112 lo que hace es llamar a la Policía Local, donde, según me confirman, no tienen constancia ni del tema ni de mi llamada en el día anterior. Tras volver a explicar la situación, terminan personándose en el hotel un agente y un oficial que se entrevistan con el cliente, que les reitera su deseo de no abandonar la habitación ni recibir atención sanitaria”.
“Por la noche, el cliente comenzó a llorar y dar golpes. El resto de clientes se asustan y avisan a la recepción, desde donde llamamos de nuevo a la Policía Local, que responde enviando a dos agentes. Sin embargo, el hombre no abre la puerta y los policías se van y el problema sigue como hasta ahora”.
Viendo que nadie actuaba para intentar ayudar al enfermo recluido en el hotel, el propietario del Marina Victoria decide llamar al consulado francés en la zona, donde le comentan que la cónsul no se encuentra en esos momentos. Tras dejar el recado, aún no ha recibido respuesta.
Miguel Gallego se encuentra muy preocupado por la situación del cliente y por el desamparo que sufre por parte de todas las administraciones. “Hemos intentado hacer todo lo posible por ayudarle. Personalmente, me da mucha pena todo esto ya que se trata de un cliente habitual y que jamás había dado el más mínimo problema. Ya no sé a quien llamar para que este hombre sea atendido como debe, cada día está peor y su estado es alarmante”, señala el propietario del Marina Victoria.