Uno de los tres implicados en el suceso de la pistola Taser en Getares permanece en prisión

 REPORTAJE DE LUCAS DE LA CAL (EL MUNDO)”¡Te voy a arrancar la cabeza! ¡Vas a comerte toda la arena!” le grita Raúl a Quique mientras le coge del cuello y empotra su cabeza contra la arena de la playa de Algeciras. Raúl tiene 32 años y varios antecedentes por narcotráfico. Quique, 50, es agente de policía.10 minutos después, esta escena acabó con Quique disparando una descarga de 50.000 voltios con su pistola Taser a Raúl, que cayó desplomado al suelo. Y todo eso lo grabó con su móvil una mujer, que lo subió a YouTube. El vídeo se ha hecho viral toda la semana, abriendo el debate de si es peligroso que los policías utilicen esta nueva arma eléctrica, cada vez más demandada en las comisarías de toda España. Ya hay 220 municipios que las usan. Los agentes justifican que es un término medio entre la porra y la pistola de fuego. Pero las asociaciones que están en contra dicen que el problema está en que, al ser un arma muy fácil de usar, puede generar malas prácticas y un uso abusivo de ella.


La gente ha puesto la voz de alarma al ver el vídeo, aunque este sólo muestra el final de la historia. La parte en la que un policía electrocuta a un chico en la playa y después otro agente se lanza contra él, mientras los bañistas que estaban alrededor miran y gritan exaltados. Seguramente no habría polémica de haberse sabido realmente lo que ocurrió. Esta sería la recreación real de los hechos, muy de película:Son las 18.00 de la tarde. Quique y Domingo, dos agentes de la policía local de Algeciras, terminan su turno de vigilancia en la playa. Alertados por un olor a hachís, se giran y ven bajo una sombrilla a un hombre fumando junto a una pareja y una niña pequeña. Los agentes le ordenan que se levante. El hombre, Raúl, va hacia la orilla y tira el porro que guardaba escondido bajo la palma de la mano. Domingo le pide la documentación, a lo que Raúl se niega y responde con agresividad: “Soy legionario. No me puedes hacer nada”, les dice.En ese momento, varios amigos de Raúl, acuden en su ayuda, increpan y agreden a los policías tirándoles una sombrilla. Mientras, el legionario agarra a Domingo del polo blanco, amenazándole de muerte. Entonces empieza una pelea en la que pasó casi de todo. Después de recibir un puñetazo, Quique reduce y esposa sobre la arena a uno de los agresores, que consigue escapar con los grilletes puestos cuando el agente tiene que acudir a ayudar a su compañero al que le están propinando una paliza entre varios chicos. Aquí aparece de nuevo Raúl, que coge del cuello a Quique, le tira al suelo y empieza a golpearle sobre la arena rompiéndole las gafas de sol graduadas, dejándole múltiples cortes en la cara.El agente consigue zafarse y desenfunda su pistola Taser. Los chicos se amedrentan ante el arma. Todos menos el legionario, que se acerca a la orilla, y coge una piedra con intención de lanzársela. Al verle, Quique le dispara una primera descarga. Raúl cae al suelo, pero al hacer amago de levantarse, el agente dispara de nuevo y su compañero consigue detenerle.La pelea acabó con tres detenidos. Raúl y otro hombre están en libertad, y el tercero entró en prisión porque tenía una orden de busca y captura por el juez. “Todos los que estaban participando en la piñata de pegarnos tenían antecedentes por narcotráfico y agresiones”, nos explica Quique, que lleva 28 años en el cuerpo y es instructor de Taser. Viaja por toda Andalucía enseñando a sus compañeros a usar la pistola eléctrica. “Si no hubiese sido por el Taser, no sé cómo hubiésemos reaccionado. Nos tenían rodeados y nos estaban dando una paliza. La pistola nos salvó a nosotros y también a ellos, porque si saco la de fuego…”, cuenta el agente, que está de baja con hematomas y contusiones por todo el cuerpo.En Algeciras recibieron dos pistolas Taser en 2011. Y en España ya hay en circulación 850 unidades. La empresa catalana, Andreu Soler i Associats, es la importadora oficial del arma en nuestro país. Cada unidad cuesta 1.900 euros, más del triple que una pistola reglamentaria. “En Cataluña y la Comunidad Valenciana es donde hay más demanda debido a la problemática de seguridad ciudadana agravada por el turismo de borrachera y el consumo de drogas. Y ahora en verano tenemos muchos más encargos”, dice Andreu Soler, que abrió la empresa en 1992, pero empezaron a distribuir en exclusiva el Taser en el 2004. “Nosotros estamos especializados en armamento no letal. Nuestra idea es ofrecer alternativas al uso del arma de fuego”.El director técnico de la empresa catalana, Javier Galán, nos trae a la redacción una pistola Taser. Probamos a usarla contra un cartón mientras Javier nos explica cómo funciona. “Alcanza una distancia de 7,6 metros. Se disparan los dos electrodos con forma de dardo, que se clavan en el objetivo mientras el cable conductor los mantiene conectados a la pistola y se produce la descarga de los pulsos eléctricos. La descarga continúa hasta un máximo de cinco segundos, momento en que se para automáticamente”, explica.El Taser dispone de una memoria que registra todos los datos, como fecha, hora y duración de la descarga. Ahora, la empresa catalana, está empezando a vender un nuevo modelo que incorpora una cámara de vídeo y que graba los 30 segundos anteriores a desenfundar. Sólo la pueden utilizar agentes de policía, aunque por Internet encontramos otros modelos de armas eléctricas por 80 euros. Estos generan un ruido eléctrico de alta corriente -80 miliamperios- que puede llegar a quemar terminales nerviosos.En Sant Andreu de Llavaneres (Barcelona) ya han realizado 50 intervenciones con la pistola eléctrica. Sebastián Serrate, instructor de Taser en Cataluña, nos cuenta algunos de los casos en los que la han tenido que usar. “Un chaval esquizofrénico estaba en una habitación encerrado con un cuchillo. Entramos con el Taser y le redujimos sin ningún tipo de lesión. En otra ocasión, un hombre muy corpulento estaba pegando a su mujer, y la única forma de separarle fue con una descarga”.Pero las voces en contra del Taser denuncian que su uso no es tan simple como lo disfrazan los agentes. “Se ha demostrado en todos los estudios que se han hecho de seguimiento, que las Taser no sólo no han suplantado las armas de fuego, sino que además han acabado siendo utilizadas con malas prácticas”, afirma Laia Serra, del Colegio de Abogados de Barcelona, que forma parte de Stoptaser, una plataforma de varios colectivos sociales que llevan años denunciando el mal uso de las pistolas eléctricas. “No hay una regulación concreta sobre cómo y en qué situaciones se pueden usar. El agente que dispara no sabe si la persona que tiene enfrente ha consumido muchas drogas o tiene un marcapasos. Y las consecuencias pueden ser mortales con la descarga”.Amnistía Internacional también denuncia que en Estados Unidos estas pistolas han provocado más de 500 muertes. “Desaconsejamos su uso, porque no sabemos si realmente a corto plazo o largo tiene efectos nocivos sobre la salud”, dicen.Pero la empresa que suministra el arma en España, se defiende. “La Taser genera pulsos eléctricos de muy bajo amperaje, tan sólo 0,0013 Amperios, que al igual que los equipos médicos de electroestimulación usados para rehabilitación, simulan las órdenes del cerebro y tensan los músculos”, explica Andreu.Consultamos a varios médicos para ver si éste arma es realmente peligrosa para la persona que recibe la descarga. Todos coinciden en que existen factores de riesgo potencial que pueden ser desconocidos por parte de la policía en el momento de su utilización, y que pueden poner en peligro la vida de la persona, aunque si está sana el sistema está diseñado para esa parálisis muscular.El debate seguirá presente a la espera de si esta pistola eléctrica salva vidas o acaba con ellas.

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