IAM/D.S.J Un precio muy alto el que ha pagado el Barcelona para sacar un resultado positivo del Parque de los Príncipes. Casi con toda seguridad, Messi se perderá la vuelta (de hecho se habla de tres semanas de baja), ya que fue sustituido en el descanso tras llevarse la mano al bíceps femoral de la pierna derecha. Además, con Puyol K.O, Tito Villanova, que hoy por fin regresaba a su puesto de trabajo, tendrá que improvisar una pareja para Piqué en el centro de la zaga, pues Mascherano resultó amonestado.
Y la verdad es que tal y como pintaba el encuentro al principio, todo buen azulgrana hubiese firmado un empate con goles, ya que el PSG era un recital ofensivo que sólo Valdés y el poste pudieron detener. Precisamente sería éste último, el palo, el primer protagonista, tras repeler un buen disparo de Lavezzi al correr del minuto cinco.
El Barça tenía el balón, lo movía en el centro del campo, pero era muy previsible, casi todo pases en horizontal que el conjunto francés no tenía ningún problema en defender. Todo lo contrario… los robos de balón en tres cuartos les servían para lanzar unas contras endiabladas, sobretodo en pies de Lucas Moura, una pesadilla por la banda derecha. Un auténtico torbellino que cojía el cuero en su campo y lo conducía hasta el área rival sin que nadie, ni si quiera Jordi Alba, lo pudiese detener. Así, precisamente como acabamos de describir, llegaría otra clarísima para el PSG, pero Ibrahimovic no acertó a poner entre los tres palos la asistencia de Lucas, que le dejó prácticamente sólo ante Valdés; un Valdés, que ya había aparecido milagrosamente en un par de ocasiones, para detener en dos tiempos un potente disparo de Pastore y para sacar a córner un durísimo golpe franco del propio Ibrahimovic.
El Barcelona estaba grogui, no conseguía controlar las terribles contras del equipo de Carlo Ancelotti. Pero el fútbol tiene estas cosas, y cuando peor lo estaban pasando los azulgrana, Dani Alves, imperial en la noche de hoy, se inventaba un pase inverosímil, con el exterior de su pie derecho, que rebasaba las tres líneas del PSG y plantaba a Messi absolutamente sólo con el meta… evidentemente, el argentino, ya tocado, no falló. La empaló con pierna zurda de arriba a abajo y nada pudo hacer Sirigu.
El gol fue un golpe muy duro para los franceses, que decayeron en su ímpetu de ataque. Así, con Messi en la banda esperando a que se pitase el final, se llegaría al descanso.
Alexis… ni un cuarto de Messi
Tito dio entrada a Fábregas en lugar del argentino para que desempeñase un papel parecido al que hizo el otro día con España. En el segundo acto, el Barcelona quiso practicar ese fútbol control que les caracteriza, ya que el PSG era un equipo venido a menos, que ya no tenía la frescura de la primera media hora para intentar robar el cuero. Incluso pudo ampliar distancias el conjunto azulgrana… Alves, espectacular como hacía tiempo, rebasaba una y otra vez a Maxwell para ganar línea de fondo y llegó a dejar a Alexis en dos mano a mano con Sirigu, pero sendas acciones sólo sirvieron para volver a confirmar la torpeza del chileno de cara a puerta (aunque siga en sus trece de que “es uno de los mejores delanteros del mundo”).
Perdonó Alexis y no lo hizo Ibra. Del posible 0-2 se pasó al 1-1 en una falta botada desde el costado izquiero por Maxwell. Thiago Silva, espectacular en todo lo que hizo, dio un violento testarazo que se estrelló en el poste, pero el rechace lo cazó el sueco, en clamoroso fuera de juego, para hacer el empate.
Cuando todo hacía indicar que el encuentro terminaría así, Sirigu regalaba otro gol al Barcelona al cometer un penalti tan claro como innecesario sobre Alexis, pues el chileno ya había controlado mal y perdía toda opción de remate. Xavi no fallaría desde los 11 metros.
Corría el minuto 89 y sólo cabía esperar a que se consumieran los cuatro minutos añadidos por el colegiado. 240 segundos son demasiados para un equipo herido en su orgullo y que buscaba mantenerse con vida a toda costa. Se llevaba el pito a la boca Stark cuando Jallet puso un balón áreo que ganó Ibrahimovic, especialista en este tipo de acciones. El sueco se la dejó de cara a Matuidi, que entraba en carrera desde atrás, y su disparo se coló entre las piernas de Bartra (que había entrado sustituyendo al lesionado Mascherano) y rebasó a un Valdés que no pudo hacer nada pese a la lentitud del cuero, ya que el guardameta se vio despistado porque el balón rozó en las piernas del central canterano.
Un golpe de mala suerte en el 94, pero aun así, el Barça afrontará el partido de vuelta con una cierta ventaja en el marcador (el valor doble de los goles fuera de casa en caso de empate), que no así en las circunstancias, pues la presencia de Messi está casi descartada.