Hoy inauguramos dentro de la sección comicalminuto el apartado de colaboraciones. Con ella quiero dar voz y espacio a aquellos aficionados que tengan algo que aportar. En esta primera colaboración la palabra la pone Francesc Martínez quien es el autor de “ Spider-Man: Diario de Peter Parker, volumen 1 y 2 “ y colaborador de la revista granadina “El Batracio Amarillo”. Es uno de los mayores coleccionistas y entendidos de SPIDERMAN que tenemos en españa. Un lujo tenerlo aquí.
Escrito por. Francesc Martínez.
Si os pregunto si sabéis quién es Spider-Man, quién más quién menos me sabrá decir que se llama Peter Parker, que vive en Nueva York y que tiene los poderes de una araña. Pero, ¿qué me diríais si os dijera que el personaje estuvo a punto de no nacer?
Corría 1962 cuando… No, un momento, para entender el “nacimiento” de Spider-Man hemos de ir un poco más atrás,… bastante más atrás, más de veinte años. A finales de los treinta un grupo de gente emprendedora y con mucho talento decidió poner todo su empeño en crear cómics con superhéroes como protagonistas (anteriormente, sólo habían destacado personajes como Tarzán, Flash Gordon o el Príncipe Valiente). Tras el éxito de Jerry Siegel y Joe Schuster con su Superman, llegaron otros personajes como Green Lantern, Wonder Woman, Batman o el Capitán América. Los lectores amaban a esos hombres y mujeres que les ayudaban a evadirse del horror de la Segunda Guerra Mundial. Tal fue la calidad y la repercusión de esa etapa que se conoció como “La Edad de Oro de los Superhéroes”.
Pero la guerra acabó… Y con ella también finalizó el éxito de estos personajes en mallas que habían hecho felices a tantos niños (y mayores). Entonces llegaron los cincuenta, dónde los editores tuvieron que reinventar el género. Las editoriales empezaron a publicar historias de todo tipo: ciencia ficción, humor, guerra, misterio, amor,… Los superhéroes habían acabado en un segundo plano, siendo una sombra de lo que fueron unos años antes. La editorial que más triunfó en aquella época fue EC Comics, que se dedicaba a publicar historias de terror con una gran repercusión y ventas. Pero entonces llegó un psiquiatra llamado Frederic Wertham, que con su libro “La seducción del inocente” convulsionó el mundo del cómic como nadie lo había hecho antes. Wertham afirmaba que parte de la culpa de la violencia y delincuencia que había en las calles americanas era culpa de los cómics, de su influencia y de los que ellos mostraban. Según el psiquiatra, como en algunos cómics se mostraban actitudes incorrectas, los jóvenes las repetían en la realidad. El libro de Wertham tuvo mucha influencia en los medios, en la población y el gobierno. Tal fue la alarma que las editoriales se vieron obligadas a pactar un acuerdo con el gobierno para que un órgano censor (conocido como el “Comics Code”) vigilara lo que se iba a publicar en los cómics del país para que no apareciese nada que pudiese afectar a los jóvenes. Todos los cómics pasaron a llevar un “sello” en portada, que demostrara que había pasado por este órgano censor. Debido a esto, los autores se vieron limitados y muchas editoriales (incluida la propia EC) tuvieron que cerrar debido a una injusta caza de brujas. Sí, se publicaban cómics, pero muchos menos que antes. El cómic americano estaba herido de muerte…
Pero no muerto. Allí estaba Stan Lee, un visionario, un autor con una imaginación casi ilimitada dispuesto a salvar el género. Desde la editorial Marvel insistió en hacer cómics de superhéroes cuando nadie confiaba en ellos. En noviembre de 1961 aparecieron “Los Cuatro Fantásticos”. El cómic tuvo un éxito atronador. Esto, junto a la publicación, por parte de la editorial DC, del cómic de la Liga de la Justicia (un grupo que aúna Superman, Flash, Batman y Wonder Woman, entre otros), relanzó el género hasta cotas que no se habían visto en veinte años. Había nacido “La Edad de Plata de los Superhéroes”.
Entre 1961 y 1964, del privilegiado cerebro del citado Stan Lee surgieron personajes como Hulk, X-Men, Thor, Daredevil o… Spider-Man. Cuando Stan Lee fue con la idea del Hombre Araña a Marvel, su editor jefe no confiaba en que Spider-Man pudiese tener posibilidades en el mercado americano. Según Martin Goodman (así se llamaba el editor) nadie iba a querer leer las aventuras de un héroe adolescente con los poderes de algo “tan asqueroso” como una araña. Por ello, se negaba a publicarle la historia al guionista. Pero si algo tiene Stan Lee además de talento, es paciencia, así que esperó la ocasión…
Y ésta llegó a mediados de 1962 cuando la revista “Amazing Fantasy” iba a cerrar en su quincena entrega debido a sus pocas ventas. Entonces, Lee habló con Goodman para que le dejase publicar la historia de Spider-Man en el último número de la revista. Goodman accedió. Total “¿A quién le importa lo qué se publique en una revista que va a cerrar?”. Pues por lo visto a mucha gente. El número 15 de “Amazing Fantasy” fue el más vendido de toda la colección gracias a que explicaba el origen de un superhéroe único: Spider-Man, el Hombre Araña. Goodman, consciente de esto, encargó a Stan Lee que hiciese una serie sobre el personaje. Y Stan Lee sonrió, satisfecho.
En aquellos tiempos, DC y Marvel apostaron fuerte por volver a relanzar los superhéroes como un género puntero. Gracias a eso, los superhéroes se volvieron a poner de moda y lo siguen estando ahora. Spider-Man y Stan Lee fueron clave en este éxito y personajes clave para el “salvamento” del género superheroico. Pero no fue la última vez que tuvieron una fuerte influencia en el mundo del cómic americano…
A principios de los setenta, a petición de algunas asociaciones que conocían el éxito e influencia de Spider-Man entre los jóvenes, se solicitó a Stan Lee que tratara el tema de las drogas en las páginas del Hombre Araña. El autor creo una historia en que Harry Osborn (el mejor amigo de Peter Parker, Spider-Man) caía en el pozo de las drogas y las repercusiones de esto. La historia, que se conoció coloquialmente como “La Saga de las Drogas”, no obtuvo la aprobación de la censura (el “Comics Code”). En ese momento Stan Lee tomó una de las decisiones más valerosas de toda su carrera y optó publicar la historia sin el sello del “Comics Code” en portada. La reacción de la gente, muy lejos de atacar a Lee por su gesto, fue de elogio por la historia y felicitaciones por tratar un tema tan serio de una manera tan profesional. Este hecho hizo recapacitar al órgano censor, que decidió suavizar sus normas, permitiendo tratar a todos los autores una serie de temas mucho más extensa que hasta entonces.
Spider-Man y Stan Lee habían ayudado a salvar el cómic americano por dos veces. Spider-Man tenía poderes para hacerlo, pero a Stan Lee no le hicieron falta, sorprendente, ¿verdad?
El autor:
Francesc Martínez (Barcelona, 1981) El guionista de ¿Quién? no recuerda un momento de su vida que no estuviese rodeado de cómics. Si bien empezó su vida leyendo Don Miki y similares, su vida cambió cuando su primo le regaló un ejemplar de Superman de John Byrne. Un nuevo mundo de héroes y color se mostró ante él, encandilándole y enamorándole. Con el paso de los años, su afición se hizo más fuerte hasta que, habiendo entrado en el instituto, empezó a coleccionar Spider-Man, un personaje que acabaría siendo muy importante en su vida ya que, más de una década después, colaboró en el libro Spider-Man: Historia de una araña (Dolmen, 2004). Tras esta incursión en el mundo editorial, Francesc empezó a colaborar con Planeta D´Agostini Cómics, con artículos para sus cómics y página web. Años más tarde, publicó Spider-Man: Diario de Peter Parker (Alberto Santos Editor, 2007) una guía con todas las apariciones del Hombre Araña entre 1962 a 1990 resumidas y comentadas. Un año más tarde publicaría la segunda parte del libro (que completaba la historia del arácnido hasta 2003), así como un libro que recogía y analizaba las portadas de Spider-Man en sus primeras décadas, Spider-Man: Todoportadas (Alberto Santos Editor, 2008). Tras todo ello, Francesc decidió intentar dar el paso a guionizar cómics. Por el momento ha preparado más de media docena de historias, entre las que encontramos ¿Quién? o colaboraciones para el fanzine Que suerte o la revista El Batracio Amarillo. Además, tiene varios proyectos en marcha con diversos dibujantes, por lo que espera poder presentar más trabajos en el futuro.