IAM/Redacción Belinda Beckett, profesional y crítica del turismo internacional, alaba la localidad. No todas las críticas sobre Algeciras tenían que ser malas. Ni Hemingway escribió sobre la ciudad; ni Orwell le rindió un homenaje como sí hizo con Cataluña; Brenan -que anduvo cerca- no llegó tan al sur; y poco inspiró a la poesía de Lorca, aunque sí dejó sus pasos sobre esta tierra.
PARA VER EL REPORTAJE ORIGINAL DE BELINDA BECKETT PULSAR LA IMAGEN
La periodista y crítica inglesa Belinda Beckett se ha asentado en la comarca tras vivir en diferentes ciudades de España y viajar por todo el mundo desde Rusia a Perú, pasando por Asia o Australia trabajando como profesional en la crítica turística para agencias de viaje y empresas del sector. Ha decidido mostrar al mundo cómo es el Campo de Gibraltar empezando por Algeciras a través de su web belindabeckett.com/sizzle-in-algeciras, en la que también se descubre su extensa trayectoria profesional.
En el análisis que hace sobre la ciudad pone por delante las referencias, o advertencias negativas a los turistas, en diferentes guías internacionales, como Lonely Planet que avisa de ser un centro de “contrabando de drogas”; en la guía Frommers tachan a la ciudad de “feo búnker de hormigón” con una arquitectura mal concebida de “edificios altos”; y la Rough Guides advierte sobre la contaminación.
Tras leer las críticas, Beckett confiesa que con temor se decidió a visitar Algeciras, y “¿adivinan qué?” -confiesa en su web- ni le asaltaron, ni le ofrecieron droga, ni sintió esa contaminación. Reconoce que hay un exceso de hormigón, parte de él en mal estado. Pero no por ello hay que olvidar la belleza del Mercado Torroja, el Kursaal o el paisaje, detalles de los que no ha leído nada en las guías, por lo que se anima a escribir una ella misma. Define a Algeciras, con pesar, como una “señora mayor en necesidad de un lavado de cara. No es más que una aventura de noche”.
Destaca el hotel Reina Cristina; la grandiosidad del puerto; la vinculación de Algeciras con Paco de Lucía, artista del que asegura que la mayoría de extranjeros desconoce que nació en la ciudad; además descubre el gran interés de la zona baja con “un sabor mudéjar”; y reconoce la cercanía de África y Gibraltar pero apunta, a mejorar, la falta de turismo de cruceros.