TCAM-CÁDIZ/DAVID SAN JOSÉ
La guerra fría se ha desatado entre Quique Pina, gestor del Cádiz, y Teófila Martínez, alcaldesa de la ciudad. Pina asegura que el ayuntamiento le adeuda al club una cantidad de dos millones de euros, mientras que Martínez sostiene que desde la Casa Consistorial se está cumpliendo con el equipo de la ciudad.
Toda la ‘gresca’ viene por las obras que empezaron a realizarse en 2010 en la tribuna del Carranza, por las cuales el Cádiz dejaba de embolsarse una cierta cantidad en la venta de entradas, ya que en esa zona del estadio no podía acomodar espectadores. Ambas partes están de acuerdo en que el Ayuntamiento debe indemnizar al club, pero es en este punto donde nacen las discrepancias entre ambas partes. Quique Pina cifra el desagravio en dos millones de euros. Sin embargo, la alcaldesa se ha apresurado a declarar que “el Ayuntamiento sólo le pagará 700.000 euros al Cádiz, ya que es la cantidad justa. Los técnicos han hecho un estudio de lo que el club ha dejado de ganar con las obras y es lo que pagaremos, teniendo en cuenta, además, que el Cádiz ya no llenaba las gradas”.
Asimismo, la alcaldesa también reconoce una deuda con el club de 387.000 euros por acogerse al pago de proveedores, “dinero que el Cádiz percibirá durante las próximas semanas”.
Además de rebatir las declaraciones de Quique Pina, en las que pedía dos millones de euros, Teófila Martínez también aprovechó para ‘atacar’ al gestor: “El Cádiz debe 614.000 euros al Ayuntamiento en concepto de tributos, 221.000 euros de luz y 654.000 de agua. Todo ello suma una cantidad de 1.491.000 euros, lo que quiere decir que aunque la administración pague las dos cantidades antes señaladas (700.000 + 387.000), el Cádiz le seguirá debiendo dinero a la ciudad”.
Este ‘tira y afloja’ se produce en un momento crucial para el equipo, deportivamente hablando. Mañana visitará al San Roque de Lepe y debe ganar si no quiere ver su primer puesto amenazado en la recta final de Liga. Cualquier distracción que se produzca es mala para el equipo, por lo que los jugadores se deben abstraer de todas estas cuestiones, que no dejan de ser políticas, y centrarse en el objetivo de ascenso a Segunda División.