ANA RAMIL Médicos del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) han diagnosticado el segundo caso a nivel mundial -de los que existen constancia a través de la literatura médica- de neumonía lipoidea exógena causada por el consumo de cigarrillos electrónicos. “El paciente, que permanece ingresado pero estable, consumía altas dosis de este producto que contiene sustancias tóxicas para la salud”, explica la responsable de la Unidad de Tabaquismo del servicio de Neumología del Chuac, Julia Tábara, quien este miéroles presentó este caso e impartió la charla ‘Mitos y realidades del cigarrillo electrónico’. Una nueva amenaza ante sanitarios del hospital.El paciente, que también era fumador de tabaco tradicional, fue diagnosticado mientras se encontraba hospitalizado por un tumor que no está relacionado con este hábito. Para los médicos no hay duda de que la causa de la neumonía lipoidea es el consumo de cigarrillos electrónicos: el paciente llegó a tomar cuatro cartuchos diarios, lo que equivale a más de 40 pitillos convencionales. “La patología fue causada por aspirar glicerina vegetal, una sustancia necesaria para volatilizar la nicotina que incluyen los cartuchos de cigarrillos electrónicos”, señala Tábara, quien recuerda que esta patología es “bastante infrecuente” y reconoce que no tiene constancia, al menos no hay publicaciones al respecto, “de ningún otro caso en Galicia o España”. Una vez diagnosticada esta patología, la primera medida es suprimir la exposición a la sustancia que la causa. Lo habitual es que el paciente mejore aunque puede precisar otro tipo de tratamiento.Por otra parte, Tábara alertó sobre los falsos mitos que rodean a los cigarros electrónicos y el acto de vapear. La primera mentira de la industria del e-cigarrillo, según esta neumóloga, es sobre sus componentes. “Es mentira que lo que expulsa es sólo vapor de agua, contiene sustancias tóxicas”, indica Tábara, quien explica que los cigarrillos electrónicos -que llegaron al mercado como la solución sana para dejar el tabaco- incluyen sustancias cancerígenas (nitrosaminas), que provocan irritación en las vías respiratorias y asma en niños (propilenglicol), metales pesados como níquel o incluso dietilenglicol (que entre otros usos forma parte de la fabricación de los anticongelantes). “Además hay sustancias que sabemos que cumplen la legalidad si se consumen por vía oral, pero no sabemos sus efectos si se inhalan”, indica Tábara, quien tiene claro que debe prohibirse el uso de cigarrillos electrónicos en los mismos lugares donde no se puede fumar tabaco.Otro falso mito sobre este artículo -inventado por un farmacéutico chino en 2003, que buscaba una fórmula para dejar el tabaco después de que su padre falleciese de cáncer de pulmón- es que sea un método para dejar de fumar. “La Organización Mundial de la Salud señaló el pasado año que no hay evidencias científicas para apoyar su uso terapéutico”, indicó Tábara, quien asegura que varios estudios internacionales concluyen que no favorecen perder el hábito del cigarrillo convencional. “Un estudio con pacientes en Italia, demostró que pasado un año del consumo de e-cigarrillos, sólo el 8,7% había dejado de fumar”, señaló.La responsable de la Unidad de Tabaquismo alerta además del “consumo dual” de cigarrillos electrónicos y de tabaco y de que puede tratarse “de una puerta de acceso al tabaco entre los más jóvenes”.