Domingo Martin, hasta su relevo, engrasó los mecanismos del principal reloj de Algeciras, siempre con el apoyo de su familia. De hecho, con su yerno, José Delgado, y con su hijo, Domingo, subía al campanario cada 31 de diciembre para tomarse allí las uvas y comprobar que todo transcurría con normalidad. Domingo empezó ayudando a Francisco Jiménez, maestro de la Escuela de Arte, de quien recogió el testigo en 1970.
El PSOE algecireño sabe del cariño que ha recogido en vida Domingo Martin, a quien su familia ha cuidado, especialmente en los últimos años de su vida. Los socialistas expresamos nuestro reconocimiento a su persona y a su trabajo, que bien representa la de muchos trabajadores que se esfuerzan cada día por cumplir su tarea.