La suerte la ha repartido Antonio Mulero, que en agosto cumplirá once años como vendedor de la ONCE, y ha vendido diez cupones agraciados con 20.000 euros cada uno en su punto de venta habitual de los sábados, ubicado a las puertas de una panadería en la zona de playa de San Nicolás del Rinconcillo, aunque entre semana vende entre La Bajadilla y San García.
“Me ha costado un poquillo de trabajo dormir porque 200.000 euros no se dan todos los días”, ha reconocido. “Es que son gente trabajadora con pocos recursos y les habrá venido muy bien”. Mulero ha indicado que el ánimo en la calle evidencia la precariedad que está generando la pandemia. “Todo el mundo está frito porque le toque algo. Siempre me dicen a ver si me das, que me hace falta. Todo el mundo está necesitado hoy, por eso tengo tanta alegría porque he dado el premio”, ha explicado.
El sorteo de este sábado estaba dedicado al IV Centenario del Castillo de Marcilla, en Navarra, y ha repartido el resto de su fortuna en Canarias, donde se ha vendido la serie agraciada con 300.000 euros al contado y 5.0000 euros al mes durante 20 años, Cantabria, Cataluña y País Vasco.
