IAM/Getout.es Siete de la tarde en La Gramola. Los Lagartija Nick acaban de llegar. Saludos cariñosos, presentaciones, risas… El buen rollo impera en el lugar y el ambiente de lo que será la noche ya se empieza a vislumbrar…Volvemos a las diez y media y la sala ya está llena de gente. Sobre el escenario, los teloneros, el grupo tarifeño Supernova nos deleita con sus sonidos psicodélicos y underground.FOTOS TOMOYUKI HOTTA
Nos preguntamos cómo solo dos personas sobre las tablas pueden crear tanto espectáculo.Ya nos hemos dejado arrastrar por la energía que genera la buena música en directo. Pero es solo el preludio, el plato fuerte de la noche está por llegar. Y ahí están, tras unos minutos de descanso en los que el público se relaja, comenta el show de los teloneros y recobra fuerzas para lo que va a venir, salen, espectaculares en su actitud punky, los miembros originales de la banda, encabezados por un Juan Codorniu pletórico como cada vez que vuele a tocar a su pueblo.Empieza el concierto y los sonidos rockeros con toques de psicodelia inundan nuestro espíritu. Gente bailando, agitamiento de cabezas…
Nadie se mantiene pasivo ante este magnífico espectáculo que para muchos espectadores es un revival a esa década de los 90 en la que el grunge dicatminó una generación de creadores que nos hicieron ver que los caminos del rock son inagotables. No olvidamos los toques flamencos que se cuelan intermitentemente cuando Lagartija Nick nos deleita con lagunos temas del disco Omega, que compusieron junto al gran Enrique Morente.
Aquí es cuando ya nos quitamos el sombrero y lo lanzamos al aire. La fusión del trash metal con el flamenco supone un profundo placer sonoro y el público ya no para intentando seguir los cambios de ritmo que nunca dejan de sorprender.Más de una hora y media de concierto con dos bises implorados por todos y a los que el grupo responde sin vacilar hicieron que la noche del viernes La Gramola vibrase y nosotros, también. ¿Hay mejor forma de empezar el fin de semana?
