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La línea hasta Bobadilla y su conexión con Madrid pasa a ser prioritaria también para el trazado Atlántico además del Mediterráneo Europa financiará 26.250 millones hasta 2020
El tendido ferroviario entre Algeciras y Bobadilla, prioritario por partida doble. La Comisión Europea hizo público ayer el mapa de los nueve corredores prioritarios de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) que se repartirán los 26.250 millones de euros previstos en los presupuestos de la UE para el periodo 2014-2020. Entre ellos figuran el Mediterráneo y el Atlántico, ambos de interés para España y que tienen como nodo destacado a la ciudad de Algeciras. La línea ferroviaria Algeciras-Bobadilla pasa a estar considerada como prioritaria por ambos trazados. Ya lo era como cabecera sur del Corredor Mediterráneo y, ahora, también se incluye dentro del trazado Atlántico, lo que supone un refuerzo de la consideración de la comarca y su principal activo logístico, el puerto de Algeciras. La configuración del Corredor Mediterráneo en lo relativo a la comarca sigue siendo la del hasta ahora conocido como Eje 3, el que incluye la conexión de Algeciras con Madrid y de ahí a Zaragoza-Tarragona, así como otro ramal por la costa desde la frontera francesa hasta Cartagena y que confluye en Antequera tras atravesar Andalucía pasando por Almería y Granada. El eje Algeciras-Madrid (y, por ende, la Algeciras-Bobadilla) queda igualmente incluido en el Atlántico, ya que ambos aparecen en el mapa de la RTE-T, si bien ahora abre la posibilidad de permitir conexiones ferroviarias con la zona oeste de la Península Ibérica, mediante un eje Madrid-Valladolid y también con trazados desde las ciudades portuguesas de Lisboa y Sines hacia la capital de España, entre otras posibilidades. Gracias a la inclusión en el Atlántico y el Mediterráneo, una vez llegados los trenes a Madrid, podrán alcanzar Francia a través de los pasos fronterizos de Irún (Guipúzcoa) dentro del ámbito del Atlántico y de Portbou (Gerona), en cuanto al Mediterráneo. Así mismo, el nuevo mapa desestima la iniciativa del Corredor Central, pensado para unir España y Francia a través de un túnel por los Pirineos. El conjunto de los proyectos servirán para unir 94 grandes puertos principalmente a través del ferrocarril, pero también por carretera; enlazar 38 aeropuertos considerados clave por estar en grandes ciudades; convertir 15.000 kilómetros en líneas de alta velocidad; y la conclusión de 35 planes transfronterizos con los que “reducir los estrangulamientos actuales”. El vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de Transportes, Siim Kallas, destacó ayer en Tallin (Estonia) -donde se celebraron unas jornadas para dar a conocer la configuración de los corredores- el peso de una buena red de transportes, con conexiones eficaces, para impulsar la economía europea y servir de “trampolín” para el crecimiento y la competitividad de la Unión Europea. La UE prevé un incremento del 80% en el transporte de mercancías y del 50% en el de pasajeros de aquí a 2050. Son nueve corredores para conectar los 28 Estados miembros, a través de dos grandes rutas norte-sur, tres este-oeste y cuatro diagonales, y todo ello “modernizando” tanto las líneas de pasajeros como las de mercancías, según Bruselas. La conclusión de la red principal está prevista para 2030, aunque la inversión europea está presupuestada hasta 2020. Aunque la Comisión ya ha fijado su mapa prioritario con los trazados que podrán optar al apoyo económico, la asignación definitiva de fondos dependerá de las propuestas “detalladas” que presenten los países a partir de principios de 2014. “Es un momento fundamental, el plan está preparado y ahora les toca a los Estados preparar los proyectos concretos y hacer el trabajo”, afirmó Kallas, quien también defendió la importancia de mejorar las conexiones de las regiones remotas. A partir del 1 de enero de 2014 el dinero para las infraestructuras estará disponible, aunque hasta primavera no se abrirá el proceso de licitación para que los países presenten las obras concretas a cofinanciar con fondos europeos, y la Comisión tomará su decisión hasta “finales del verano o principios de otoño”. La financiación podrá ser retirada si se incumplen los proyectos. El nivel de cofinanciación comunitario dependerá de estas propuestas, si bien Bruselas estima que cubrirá el 20% de los costes de inversión totales, con hasta un 50% de apoyo para la elaboración de estudios individuales y hasta un 40% para consagración de estudios y obras de construcción de proyectos transfronterizos. Los países que puedan acogerse al Fondo de Cohesión podrán aspirar a hasta un 85% de cofinanciación.