Frente al paseo marítimo de La Atunara, en La Línea, una fila de casitas bajas miran al horizonte. Dicen algunos de guardias civiles que corrían tras los contrabandistas de los años 80, que esas viviendas de pescadores se comunican entre ellas en una especie de laberinto interno que te lleva al interior del barrio sin pisar la calle. Sea una leyenda urbana o no, lo que sí es cierto es que este punto del municipio linense fue la principal zona de desembarco de tabaco en los años dorados del contrabando.
En los años 80 y 90 la imagen se repetía cada noche: la gomas procedentes de Gibraltar llegaban a La Atunara cargadas de cajas. A pie de playa, los más rápidos y ágiles de las bandas cruzaban en segundos la carretera que separa el paseo de las viviendas con la mercancía a cuestas. Las mujeres hacían guardia en las puertas de las casas, llegando incluso a colocar contenedores en la calle para dificultar la llegada de los funcionarios. Cuando los cargadores lograban entrar en las casas, ya era casi imposible localizarlos y recuperar el tabaco. Hubo noches gloriosas para el contrabando, como aquel Fin de Año de 1995 cuando 31 embarcaciones llegaron a la costa linense para surtir el negocio.
Al gato y el ratón jugaban todas las noches contrabandistas y guardias hasta que la bonanza económica se instaló en el país y el mercado del tabaco dejó de ser rentable. De esta forma La Atunara dejó de ser la pista que cada noche ponía a prueba la capacidad pulmonar y la velocidad. Sin embargo, la crisis ha devuelto al pasado a este barrio.
El alto paro que reina en la ciudad ha hecho que muchos vuelvan a su antiguo “oficio”. Algunos por necesidad y otros atraídos por el dinero fácil, la realidad es que La Línea de la Concepción revive escenas que se creían olvidadas y tiempos que parecían superados.
Esta misma semana en el litoral linense y a plena luz del día se podía ver la escena que a continuación les ofrece este diario. Además, distintos ciudadanos se han puesto en contacto con esta redacción para informar/denunciar, que los cortes de tráfico en dicha zona se vuelven a producir como antaño para facilitar el transporte de la mercancía, así como de la lancha o medio de transporte utilizado.
Estas imágenes demuestran que los exhaustivos controles llevados a cabo por la Guardia Civil a la salida de Gibraltar, en ocasiones hasta de doble filtro, no es el único punto que requiere una vigilancia especial, si no que existen otros que también requieren una atención especial además de la salida de la Verja.
De hecho, en foros internos de la Guardia Civil y consciente de este problema que vuelve a resurgir en La Línea de la Concepción, son muchos los agentes que reclaman más medios, tanto humanos como materiales, para poder hacer frente a un problema que vuelve a aparecer en la ciudad.
Las imágenes que se ofrecen a continuación corresponden al año 2013 cuando la Guardia Civil las difundía como resultado de la “operación Pulmones”. Dicha operación concluía con la detención de quince personas -de un mismo clan familiar de La Línea-, aunque no tardarían en quedar en libertad con cargos.
Según fuentes de la Guardia Civil “habían creado una importante infraestructura para mover cantidades muy elevadas de tabaco”, “son especialistas del tabaco, saben que la legislación española considera delito si son detenidos con mercancía valorada en 150.000 euros como mínimo. Para eludir ese requisito legal que abriría la posibilidad de una pena de cárcel que va de los 12 meses a los cinco años de prisión, como se hacía años atrás, estos contrabandistas prefieren introducir el tabaco en varios pases que en un único desembarco”, apuntaban dichas fuentes.