Desde el colectivo han propuesto “crear un parque cultural en la cara sur de la sierra de San Bartolomé que incluya, además de la restauración de las antiguas instalaciones militares, un museo, un centro de interpretación y un albergue”, tal y como lo ha explicado Joaquín de la Cámara, responsable de Financiación y Publicidad de la asociación, quien ha defendido la viabilidad del proyecto.
Según las previsiones, según ha informado la Junta en un comunicado, el parque “podría ser visitado por 20.000 personas al año y estar listo en un plazo de tres años”.
La subdelegada del Gobierno andaluz ha calificado la iniciativa como “muy prometedora” y que “pondría en valor una zona deteriorada y abandonada en pleno Parque Natural del Estrecho”.
Pajares ha señalado que “cualquier proyecto que trate de recuperar y enriquecer espacios para la ciudadanía y, asimismo, cuidar el medio ambiente es bienvenido en la Junta de Andalucía”. Desde el Ejecutivo autonómico se va a impulsar la iniciativa y se propone “solicitar las consultas previas pertinentes, así como realizar un estudio previo de viabilidad ambiental como pasos previos para comenzar los trámites”.
La batería de costa abandonada de Paloma Alta se ubica cerca del núcleo poblacional tarifeño de Betis y pertenece al Ministerio de Defensa. Está dotada de tres piezas de artillería Vickers, fabricadas en los años veinte del siglo pasado que fueron trasladadas a Tarifa en 1940, procedentes dos de Ferrol y una de Menorca con el objetivo de defender el Estrecho de Gibraltar.
Tenían unos tubos de casi 18 metros de longitud y un peso de 87 toneladas, disparaban un proyectil de 885 kilogramos a una distancia de más de 35 kilómetros. Las instalaciones estuvieron en funcionamiento
hasta septiembre de 2008, año en el que se realizó el último disparo de la batería. En la actualidad se encuentran abandonadas y con las secuelas del paso del tiempo y el vandalismo.
De los tres cañones instalados, la asociación Conde Gazola ha considerado que uno es recuperable y los otros dos podrían prepararse para la exhibición exterior. Asimismo, se podría restaurar la dirección de tiro, los túneles y galerías de munición, el puesto del radar, el telémetro y el observatorio del Estrecho para el museo, el antiguo comedor como restaurante, el alojamiento de tropa para destinarlo a albergue, así como otros edificios que podrían destinarse a cafetería, tienda o sala de eventos.
En España se han recuperado recientemente otros entornos similares como la batería 381/45 del Parque San Pedro de A Coruña.