Miles de aulas prácticamente vacías y centros educativos bajo mínimos de alumnado: esta es la realidad escolar de esta semana previa a las fiestas.
Algunos centros incluso han decidido paralizar la actividad educativa de estos últimos días para frenar este ascenso exponencial de contagios.
Mientras la Junta de Andalucía se afana en publicitar que los centros educativos son seguros, las familias han llegado a otra conclusión: los contagios por COVID se han disparado en el entorno escolar y es una irresponsabilidad exponer a sus menores a este riesgo extremo de contagio.
Desde CGT Enseñanza no podemos sino denunciar la mala gestión de esta pandemia por parte de la Junta de Andalucía y la Consejería de Educación desde el comienzo del curso lectivo. Se evidencia, una vez más, que las elevadas cifras de contagios son fruto de nefastas decisiones y actuaciones en contra de la más simple lógica pandémica:
- Cierre de 500 aulas públicas de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato.
- Eliminación de 2.240 puestos en la plantilla docente de estas etapas.
- Supresión de los desdobles y saturación al máximo de las ratios de alumnado en las aulas.
- Derroche de decenas de miles de euros en publicidad, repitiendo insistentemente el mensaje de que los centros educativos son espacios seguros, en vez de invertir realmente el dinero en esa tan necesaria seguridad.
- Relajación de los protocolos sanitarios en los centros educativos y supresión de las pruebas diagnósticas necesarias. Renuncia al seguimiento y rastreo de los contactos de los casos positivos en el aula.
- Saturación y deterioro de los recursos de la atención primaria en los centros sanitarios, haciendo casi imposible la coordinación de profesionales de enfermería con los centros educativos.
- Negación sistemática de la evidencia científica de la alta transmisión del virus entre los menores de los centros educativos.
- Apertura de expedientes a equipos directivos que han decidido suspender la actividad lectiva.
Los datos oficiales de la pandemia en provincias como Málaga nos ayudan a entender el por qué tienen sentido actuaciones como la del CEIP Algazara para salvaguardar la salud de toda la comunidad educativa. Sobran los motivos:
- A 21 de diciembre de 2021 la incidencia acumulada a 14 días de la provincia de Málaga es de 514 casos por cada 100.000 habitantes: se supera el nivel de riesgo muy alto.
- La incidencia en el grupo de menores de 12 años es de 627 casos, más de 100 puntos por encima de la media global de la provincia.
- Lunes 21 de diciembre de 2020: 19 aulas cerradas, 14 centros afectados y ninguno cerrado en la provincia de Málaga.
- Lunes 20 de diciembre de 2021: 99 aulas cerradas, 64 centros afectados y 2 centros cerrados (la incidencia en Málaga se ha multiplicado por 5 con respecto al curso anterior en estas fechas).
- Semana 50 del año 2020: 65 casos diagnosticados en Málaga a menores de 12 años.
- Semana 50 del año 2021: 861 casos diagnosticados en Málaga a menores de 12 años. Los casos confirmados con prueba diagnóstica de menores de 12 años se han multiplicado por más de 13 respecto a la misma semana del año anterior.
Queremos mostrar todo nuestro apoyo a través de estas líneas, como Federación de Enseñanza de la CGT, a los centros como el CEIP Algazara de Alhaurín de la Torre que -para proteger al alumnado y a toda su comunidad educativa- han decidido paralizar la actividad lectiva en el aula estos días y han pasado a atender al alumnado en espacios abiertos más seguros. Todo nuestro rechazo también a la apertura de expedientes a estas directivas.
Una vez más, la Consejería de Educación no hace sus deberes. Si el curso pasado se escudaba en la autonomía de los centros para que los equipos directivos desarrollaran todo el trabajo de prevención, este curso sanciona a los que paralizan la actividad lectiva cuando la expansión de los contagios se hace incontrolable en sus aulas.
¿Y cuál es el plan B de nuestro consejero? ¿Mantener la actividad lectiva caiga quien caiga porque hay que justificar la inversión en publicidad sobre la seguridad de los centros? ¿Volver a la semipresencialidad y de nuevo a sacrificar las horas de formación presencial del alumnado, el colectivo más castigado por esta pandemia? ¿Seguir sin hacer nada hasta que se desborde la situación y haya que volver al aislamiento domiciliario?
Si se quiere evitar el estallido de contagios en el mes de enero, solo existe una fórmula: bajar las ratios, introducir desdobles, contratar a todo el personal necesario y activar nuevos protocolos sanitarios de seguimiento de los contactos con positivos, realizando pruebas diagnósticas PCR que permitan localizar y aislar también a todos los casos asintomáticos.
Todo lo demás tiene un nombre: dejación de funciones.