- El Gobierno de Gibraltar ha celebrado que el ministro español de Exteriores “parezca estar considerando derivar los temas en disputa entre Gibraltar, Reino Unido y España a los tribunales internacionales”.
- Para los dirigentes gibraltareños, es la “manera racional y civilizada de resolver los conflictos”, y no las medidas tomadas en la afrontera.
El Gobierno de Gibraltar ha celebrado que el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, “parezca estar considerando derivar los temas en disputa entre Gibraltar, Reino Unido y España a los tribunales internacionales”.
En un comunicado, el Ejecutivo que dirige Fabian Picardo ha urgido a España a trasladar a los tribunales internacionales la situación de las aguas en litigio, en la que consideran a la legislación de su parte, así como “la cuestión de la aplicación del derecho inalienable a la autodeterminación del pueblo de Gibraltar”.
Gibraltar ha celebrado también “que el señor García-Margallo parezca haberse dado cuenta por fin de que esta es la manera racional y civilizada de resolver los conflictos”, considerándolo “preferible” a “las medidas ilegítimas y desproporcionadas tomadas en la frontera en las últimas semanas, las cuales han convertido a miles de personas inocentes en víctimas de la presión política injustificada”.
El Gobierno de la Roca afirma también no sorprenderse por los informes de que España coordinará sus pretensiones respecto a Gibraltar con las de Argentina sobre las Islas Malvinas, aduciendo a que siempre han ido de la mano en este asunto en los seminarios de la ONU para oponerse al derecho a la autodeterminación de dichos territorios.
El Ejecutivo de Fabian Picardo ha acogido también “con gran satisfacción” que el Gobierno de Reino Unido “haya reiterado su compromiso con el derecho a la autodeterminación del pueblo de Gibraltar”, así como “del hecho de que el Reino Unido se unirá a Gibraltar en acciones legales contra España en el ámbito europeo”.
El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, ha señalado que “el desafío español que hemos presenciado en la última semana es contraproducente” y “casi no tiene precedentes, con excepción de los paralelismos obvios con las acciones en contra de Gibraltar de los años 50 y 60”.