La mayoría de las llegadas a España se produjeron a través de la llamada ruta del Mediterráneo occidental a través de Marruecos, que registró un aumento del 157 % respecto a 2017, con 55.307 individuos sobre un total de 150.114 migrantes irregulares llegados a la UE en 2018, un 27 % menos que los 204.750 de 2017.
A ellos se suman 1.487 personas que llegaron a través de la ruta de África occidental hacia las islas Canarias, cuyo volumen se multiplicó por 3,7 respecto a las 399 llegadas de 2017, y otros 1.337 migrantes en situación irregular que entraron en España por tierra, lo que representa una caída del 10 % respecto a 2017.
El incremento del flujo en el Estrecho de Gibraltar responde en gran medida a que la ruta del Mediterráneo central desde Libia y Túnez a Italia registró en 2018 una caída del 80 %, con 23.276 entradas, según el informe anual de Frontex presentado hoy en Bruselas.
Se debe a que la ruta del Mediterráneo central hacia Italia “se considera más lenta y peligrosa y, en definitiva, tiene menos oportunidades de éxito” para quienes intentan acceder por ella a Europa, señala Frontex.
Marruecos se convirtió en 2018 en el principal punto de salida de migrantes hacia Europa, en su mayoría provenientes de países del África subsahariana aunque “en los últimos meses el número de marroquíes migrantes se ha incrementado hasta convertirse en la primera nacionalidad”, seguidos de guineanos, malienses y argelinos.
“La habilidad de los migrantes subsaharianos para entrar legal o ilegalmente en los países vecinos es por lo tanto crítica para la futura presión migratoria en la ruta del Mediterráneo occidental”, agrega esa agencia en su informe.
El director ejecutivo de Frontex, Fabrice Laggeri, precisó que existe una “buena cooperación con Marruecos”, que es un “socio cercano” tanto para España como para la UE y subrayó que el reino alauí tiene “presión migratoria propia”.
“Sabemos que las autoridades de Marruecos detectan e impiden muchos intentos de pasos irregulares”, comentó Laggeri.
El director ejecutivo de Frontex subrayó que la Unión Europea no vive actualmente una crisis migratoria como la registrada en 2015, con 1.882.177 llegadas, y en 2016, con 511.146 individuos, coincidiendo en el período de mayor intensidad de la guerra en Siria.
“No hay una crisis acuciante de migrantes irregulares” pero “se puede ver que hay presión”, declaró Laggeri, quien pidió que se aproveche este momento para “consolidar la gestión del control de fronteras de la UE”.
Además de las citadas rutas del Mediterráneo occidental y central, otros 55.878 migrantes llegaron a la UE por la ruta del Mediterráneo oriental, especialmente sirios, afganos e iraquíes, lo que supone un aumento del 32 % respecto a las llegadas de 2017.
Un total de 5.451 más lo hicieron a través de la ruta de los Balcanes occidentales, menos de la mitad de los 12.179 de 2017, a los que se suman 4.327 (-30 %) por la ruta circular de Albania a Grecia, y otros 1.487 individuos a través de la ruta de África occidental hacia las islas Canarias, cuyo volumen se multiplicó por 3,7 respecto a las 399 llegadas de 2017.
Por último, 997 personas llegaron a través de las fronteras europeas del este (+33 %).
El pasado año, en el conjunto de la UE se detuvo a 10.642 individuos considerados “facilitadores” de la inmigración ilegal y se registraron 148.121 devoluciones de inmigrantes, agrega el informe de Frontex.