Las últimas cifras ponen de manifiesto que la media de la Unión Europea en 2012 era del 16,4 %, lo que refleja su estancamiento con respecto a periodos anteriores, incluso en algunos países como Hungría, Portugal, Estonia, Bulgaria, Irlanda y España, la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha agrandado en los últimos años.
Sólo se observa una constante tendencia a la baja en otros países como Dinamarca, la República Checa, Austria, los Países Bajos y Chipre. Pero si en ellos se ha reducido paulatinamente la brecha salarial, no ha sido debido precisamente a una mejora de las condiciones salariales y laborales de las mujeres, sino a otros factores como son: el mayor impacto de la recesión económica en algunos sectores con predominio masculino, como la construcción o las obras públicas; o a la crisis económica que ha provocado una reducción de los ingresos de los hombres.
La igualdad de género es uno de los principios fundamentales de la Unión Europea; el principio de igualdad de remuneración está consagrado en los Tratados desde 1957 e incorporado a la Directiva 2006/54/CE, relativa a la aplicación del principio de igualdad de oportunidades e igualdad de trato entre hombres y mujeres en el empleo y la ocupación. La OIT establece a igual trabajo igual salario entre hombres y mujeres.
Desde Izquierda Unida exigimos un plan de empleo femenino que sirva para luchar contra el incremento de la brecha salarial, así como contra el aumento del desempleo entre las mujeres, que actualmente es el más alto de la Unión Europea.
Según datos del Instituto de Estudios Económicos (IEE), el paro femenino alcanzó en 2011 el 22,2%, el doble de cinco años antes y más de doce puntos por encima de la media comunitaria, que se situaba en el 9,8% a finales del pasado año. Además de liderar el ranking de paro entre las mujeres, España también se cuenta entre los países de la UE donde ha crecido el desempleo femenino.
Por eso no es solo suficiente tomar medidas para incentivar la ocupación de la mujer, porque los datos de 2010 apuntan a que el salario bruto mensual masculino llegaba a los 25.479,4 euros, mientras que el femenino fue de 19.735,22 euros, con lo que la ganancia media anual de las mujeres supuso el 77,5% de la de los hombres.
Además, las mujeres que ganan menos de 14.500 euros anuales son más que los hombres en esta situación, con lo que la media salarial femenina se queda en 1.477 euros brutos al mes frente a los 1.989 euros brutos de los hombres. La pobreza y la exclusión social en Europa afecta a más de 80 millones de personas. Algunos pronósticos calculan que la crisis que vivimos incrementará esta dramática cifra hasta 225 millones de personas.
La pobreza es más extensa, más intensa y más crónica, y tiene rostro de mujer.Resulta sorprendente también el poco peso político que tienen las mujeres. En España en ninguna Comunidad Autónoma se supera el 50% de mujeres vinculados a la política. Y peores son los datos en Europa donde sólo en 6 países (Dinamarca, España, Suecia, Finlandia, Países Bajos y Bélgica) se supera el 40% de representantes políticas.
Y otras cifras aún más espeluznantes son las que nos muestra el mapa de la violencia de género en la Unión Europea. Un tercio de las mujeres europeas sufre violencia de género. Un 33% de las mujeres europeas han sufrido violencia física o sexual.
Sólo una de cada tres víctimas denuncia las agresiones.La Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA) ha realizado una encuesta entre 42.000 mujeres de los 28 países de la Unión Europea (UE). Un tercio de las europeas entre 18 y 74 años (unas 62 millones) ha sufrido algún tipo de abuso físico, una de cada diez ha sido agredida sexualmente y una de cada 20 ha sido violada alguna vez en su vida.
Pese a lo terrible de estos porcentajes, apenas el 14% de las víctimas de violencia de género denuncia a la Policía la agresión más grave sufrida, así que la mayoría de la violencia contra las mujeres sigue oculta. La violencia contra las niñas se ejerce también a través de la agresión a sus madres. Así, un 73% de las madres víctimas de abuso dicen que sus hijas son conscientes de esa situación.Y hay otra cuestión fundamental, estamos ante un ataque sin precedentes a los derechos de las mujeres.
Resulta insólito que se legisle hacia atrás bajo presión de la jerarquía de la Iglesia Católica que pretenden acabar con el derecho de la mujer a la interrupción voluntaria del embarazo en España. Las mujeres trabajadoras, desempleadas o pobres tendrán que abortar ilegalmente con riesgo para sus vidas, convirtiendo la interrupción voluntaria del embarazo en una posibilidad solo para aquellas con suficientes recursos para viajar a otros países.
Con su contrarreforma, el gobierno español atenta contra los derechos humanos reconocidos por las Naciones Unidas de salud sexual y reproductiva y la interrupción voluntaria del embarazo de las mujeres. Estamos ante una ofensiva lanzada contra las mujeres por los sectores más integristas y ultracatólicos a nivel internacional que ahora se ven respaldados por la derecha política más reaccionaria que hoy gobierna con mayoría absoluta fraudulenta en España.Desde la Izquierda Unitaria Europea reivindicamos el derecho fundamental de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo.
Parar la contrarreforma de la ley del aborto que defiende el ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón, porque no es solo importante porque amenaza los derechos reproductivos y la propia salud de las mujeres. También lo es porque es un ataque frontal a un derecho fundamental que puede suponer un precedente a escala continental.Las mujeres españolas continuaremos luchando por nuestros derechos.
Reafirmamos nuestro compromiso por la defensa de los derechos a la salud sexual y reproductiva de las mujeres en toda Europa y en todo el mundo, el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo es un derecho humano fundamental.En estos momentos políticos de crisis sistémica de carácter democrático, ideológico, político y económico… en Europa, se hace más patente que nunca la necesidad de plantear, sin paliativos, que la alternativa feminista de la igualdad vaya indisolublemente ligada a la alternativa que desde la izquierda transformadora damos a los problemas humanitarios que hoy se plantean con mayor o menor medida en todos los países de la UE.
Desde Izquierda Unida apostamos por una Europa feminista, en la que no quepa Gallardón y sus políticas franquistas. La Europa que proponemos es una Europa de los iguales frente a los recortes en derechos sociales y laborales impuestos por la troika. El mundo será feminista o no será. Quizás por eso las fuerzas reaccionarias emplean tanta dureza para que la mujer no avance ni ocupe el lugar que le corresponde.