IAM/Redacción La banda ‘Cádiz Blue’ prevé grabar un disco en primavera y hacer una gira por Estados Unidos
Un músico de jazz, un guitarrista de raíces flamencas, una cantaora y un percusionista forman el proyecto Cádiz Blue, impulsado por el gibraltareño Elie Massías. El resultado es una formación con un sonido en el que la fusión es absoluta y que ha lanzado su primer vídeo, Verde y Azul[1]. Massías quería hacer un grupo con una guitarra eléctrica de jazz, guitarras flamencas y voz, para orquestar un tema compuesto específicamente para esta formación.
La idea le rondaba desde hace tiempo. El músico había compuesto una primera canción, pero necesitaba intérpretes. Encomendó la tarea de buscar un guitarrista y una cantaora a David León, un percusionista ceutí muy relacionado con el jazz y las músicas del mundo, con el que había trabajado anteriormente. León encontró lo que Elie buscaba y el grupo recién formado se puso manos a la obra el pasado mes de diciembre, aprovechando una visita de Massías a Gibraltar. El resultado fue el tema Verde y Azul, grabado en Trafalgar Studios en Vejer (Cádiz), con la cantaora María Lamónika; el algecireño Antonio Martín a la guitarra flamenca; David León, a la percusión; y con Massías, que también pone su voz, a la guitarra eléctrica. La productora Ana Solinis, esposa de David León, filmó el vídeo.
Hubo química desde el primer momento y el grupo prevé grabar un disco cuando Massías, que reside en Nueva York, vuelva a Gibraltar, antes del verano. “Una vez que he escuchado el sonido”, afirma Massías, “creo que las posibilidades son enormes porque hay mucho talento.” Según Massías, “no se trata de repetir el cliché que se suele hacer cuando se habla de fusión, cogiendo unas escalas de flamenco que se usan siempre y solapándolas con jazz, sino que quería escribir una canción que diese la libertad de poder improvisar como se improvisa en jazz. No queríamos que fuera una caricatura de flamenco ni de jazz, sino algo legítimamente y específicamente escrito para que sea la música de un grupo combinada de forma original y con buen gusto”. Una voz chiclanera María Lamónika[2] fue la voz elegida. “Elie quería un flamenco o una flamenca y a mí me encanta un lío”, recuerda entre risas. “Me lo pensé un poco, no fuera que Elie quisiera a alguien más purista porque lo que yo hago es más cante de fiesta gaditano; soy de Chiclana y me tiran más las cosas más alegres, aunque también me gusta sacar el lado más sensible”.
Esa mezcla de alegría, energía y sensibilidad se plasma en Verde y Azul, donde los ‘lereles’ de la cantaora se funden con los susurros al más puro estilo jazz de Massías. Conseguir esa sintonía se presentaba como “todo un reto” para la chiclanera. “Se nota que Elie tiene muchísima formación, mientras que yo soy autodidacta, tengo cursos musicales y otra formación, pero no académica, canto de oído y de lo que he ido aprendiendo en mi vida y ha sido muy bonito que él confíe en mí”, explica. “Me he sentido muy bien trabajando con esa adrenalina que te da salir te tu forma de confort, es una de esas cosas que te hace sentir que estás viva”. María Lamónika agradece la libertad de la que han disfrutado tanto ella como el resto de los músicos. “El tema es de Elie”, recalca, “pero me deja hacer un quejío o poner la voz más dulce cuando lo siento así. “Me ha dejado hasta cambiar alguna letrilla”, añade, “porque la canción hablaba de desamor y quería darle una vuelta para que fuera más positiva”. La cantante se muestra encantada con la idea de hacer una gira por Estados Unidos con Cádiz Blue, que sería el paso siguiente a la grabación del disco. “Tener que separarme de mis tres niños me va a costar”, dice, “pero Elie me lo puso muy fácil, ya que serán quince días o un mes y un mes en la vida no es tanto…al menos eso me digo a mí misma para no tener remordimientos; son trenes que pasan y hacer una gira con gente tan sana y tan tranquila da gusto”. De Gibraltar a Brooklyn, pasando por Jerusalén Elie Massías[3] comenzó a aprender música muy pequeño.
Su padre, Mesod, que había estudiado guitarra clásica y flamenca en España con un discípulo de Francisco Tárrega, le enseñó sus primeros acordes. También aprendió otros estilos, como jazz y country. A los 11 años comenzó sus estudios de guitarra en Gibraltar con el guitarrista clásico William Gómez. A los 18 años terminó el instituto y, como muchos gibraltareños de su edad, quería descubrir nuevos horizontes. “La frontera estaba cerrada en esos días y no había mucho adonde ir”, recuerda. “Éramos muchos los muchachos judíos de la comunidad que queríamos ver mundo un poquito y, al ser judíos, Israel era una posibilidad, de manera que fuimos allí y acabé matriculándome en el Conservatorio de Música de Jerusalén”. “En esos días venir de Gibraltar a Nueva York habría sido demasiado”, comenta riendo, “así que hice algo más pequeñito y más posible”
Tras cuatro años de estudio en el Conservatorio de Jerusalén, una beca le permitió viajar a Boston (Estados Unidos) para estudiar en el Berklee Jazz School, una de las escuelas de jazz más prestigiosas del mundo. Allí conoció al pianista sanroqueño Juan Galiardo. “Me acuerdo de que acababa de nacer mi hija. Juan vive en San Roque y, cuando fue a estudiar a Boston, su padre le dio mi número y hemos mantenido el contacto desde entonces”. La interrelación de Massías con otros músicos es constante y de ese intercambio continuo han surgido diversos proyectos. Tras graduarse en Berklee se marchó a Nueva York, es ahí donde reside desde hace 22 años, en una casa de Brooklyn en cuyo sótano tuvo durante años un estudio de grabación. No pierde el contacto con Gibraltar, a pesar de la distancia. Ha llevado a cabo diversas propuestas para llevar su forma de entender la cultura del jazz a su tierra natal. Empezó dandoconciertos, solo o con músicos gibraltareños, aprovechando sus visitas, y después ha tocado en clubes y festivales españoles. Dedicó más tiempo a las grabaciones mientras sus hijos crecían, pero ahora que están en la universidad, es el momento de volver a las giras. Músico multidisciplinar (canta y toca la guitarra, el piano y el saxo soprano), compagina sus trabajos en solitario con el cuarteto de jazz Brooklyn Days. Junto a uno de los miembros de Brooklyn Days, Patrick Goraguer (piano y batería), forma además el dúo Banda Sonora.
Ha tocado durante muchos años con el saxofonista gaditano Pedro Cortejosa y tiene también una vertiente de cantautor en la que revela su lado más intimista. Aunque cuenta con el favor de la crítica estadounidense y su disco Brooklyn Days le reportó un premio Billboard Magazine, Massías no habla de sus reconocimientos, sino de sus planes de futuro. El músico tiene muchos ases guardados en la manga, como la idea de colaborar con el poeta gibraltareño Trino Cruz en un concierto en Gibraltar en el que también tendría cabida Cádiz Blue. Entre proyecto y proyecto, sigue avanzando con Cádiz Blue, una fórmula que empieza a sonar a éxito. Suena, tal y como pretendía Massías, a flamenco y a jazz a partes iguales y sin solución de continuidad.
¿El secreto? Quizá esté en palabras de María Lamónika: “Si das lo mejor de ti, pones todo lo que tú eres y encajas con otras personas que también dan lo mejor de sí, encuentras la magia de la música”.