IAM/Redacción Los condrictios (tiburones y rayas) se extinguieron del Mediterráneo hace seis millones de años y lo repoblaron tras la apertura del Estrecho de Gibraltar, que ahora concentra la mayor diversidad de estas especies.
Así lo demuestra la tesis doctoral de la investigadora María José Meléndez, presentada recientemente en la Universidad de Málaga y cuyos resultados aparecen publicados en la revista científica Plos One.El investigador José Carlos Báez (director de la tesis), del Instituto Español de Oceanografía (IEO), ha subrayado que “durante el periodo Messiniense el Mediterráneo se cerró y se secó”, ha precisado que entonces se formaron lagos hipersalinos en los que los condrictios, que son animales depredadores, se extinguieron.
Sin embargo, esta situación revirtió tras la apertura del estrecho de Gibraltar, que conllevó la entrada de agua del Océano Atlántico un millón de años más tarde, durante el Zancliense.“Fue entonces cuando los condrictios comenzaron a recolonizar el Mediterráneo poco a poco”, ha asegurado Báez, quien ha lamentado que, tras este proceso, “la zona presente un menor número de especies”.El estudio, publicado en la revista científica Plos One, se centra en peces cartilaginosos, como tiburones, rayas y quimeras, un grupo relativamente pequeño en el Mediterráneo, que incluye 89 especies, pero que juegan un importante papel en sus ecosistemas.“Muchos de estos ejemplares se encuentran amenazados en la actualidad” ha incidido Báez, quien ha comentado algunos de los problemas a los que se enfrentan, como la alteración y destrucción de su hábitat por la contaminación y ocupación del espacio marino.
La pesca directa también daña este ecosistema, ya que “continúan las capturas masivas de los pesqueros”, a pesar de que existe una legislación clara al respecto, ha denunciado el investigador del Centro Oceanográfico de Canarias.Por ello considera que “conocer la distribución espacial de estas especies es muy importante” para comprender su papel ecológico y para la gestión eficiente de sus poblaciones.De ahí la relevancia de este estudio, que destaca el papel de los condrictios en su entorno, pues “son los depredadores superiores y controlan los ecosistemas”, así como su dinámica y equilibrio.Los investigadores del IEO continuarán trabajando en esta línea, según ha comentado Báez, y ya están desarrollando nuevos sondeos sobre los condrictios de la zona para demostrar hipótesis como la existencia de patrones de distribución de estas especies y de puntos clave de protección de tiburones y rayas.