El buque Santísima Trinidad, los montoneros y la Operación Algeciras

TCAM/REDACCION El diario argentino Clarin, lleva hoy este reportaje que reproducimos para usted.El 22 de septiembre de 1975, mientras se encontraba en los astilleros de Rio Santiago, el destructor Santísima Trinidad sufrió un atentado.

El montonero Máximo Nicoletti, un experto buzo nacido en Puerto Madryn, le había colocado cargas explosivas que lo hicieron explotar y le provocó serios daños.Aunque el ataque no impidió que se terminara de construir, el ataque a este buque se volvió clave para la junta de la última dictadura militar que intentaría reproducirlo bajo lo que se conoció como “Operación Algeciras”.Tras el atentado al destructor, Nicoletti quedó bajo la mira de la Armada, hasta que el Grupo de Tareas 33/2 de la ESMA logró capturarlo a finales de la década.Nicoletti se terminó transformando en un agente de la Armada y se fue a vivir a Estados Unidos. Apenas estalló la guerra de Malvinas, recibió la orden de regresar al país. Tenían una misión para él: organizar un atentado similar al que había cometido contra el Santísima Trinidad pero contra un buque inglés en Gibraltar.El Almirante Jorge Isaac Anaya, de la Armada Argentina, le dio específicamente la orden. Junto a otros agentes y montoneros, Nicoletti viajó a España, se instaló en Málaga y luego en el Puerto de Algeciras, a la espera de un buque militar al que sabotear.Pero los militares argentinos tenían la esperanza de llegar a un acuerdo diplomático y le pidieron que antes de atacar el buque –con minas italianas que se enviaron en valija diplomática desde Buenos Aires a Madrid- que solicitara permiso. Anaya recién dio la orden el 3 de mayo de 1982, un día después de que el submarino HMS Conqueror disparara dos torpedos contra el crucero ARA General Belgrano matando a más de 300 tripulantes argentinos. Un acuerdo de paz era imposible y el jefe de los marinos le dio el ok a Nicoletti.Cuando la fragata HMS Ariadne ingresó al Puerto de Algeciras, Nicoletti supo que tenía su objetivo. Aprobada la operación, puso manos a la obra. Habían pasado cerca de un mes como falsos pescadores organizando todo. Pero una serie de escuchas telefónicas y la Policía española desbarataron el operativo. Nicoletti terminó detenido. En julio de 2004, un documental llamado “Operación Algeciras”, en la que Anaya hacía declaraciones, confirmó los detalles de la historia.

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