Su coste es entre un 30 y un 15% menor que el del gasoil o el gas natural
CÁDIZ, 16 Ago. (EUROPA PRESS) –
La Diputación de Cádiz, a través de su Agencia Provincial de la Energía, está impulsando en los últimos años el aprovechamiento sostenible de la biomasa en la provincia, un recurso energético que puede generar “más de seis millones de toneladas al año”, según asegura el presidente de la Corporación, José Loaiza, que señala que los gobiernos locales ocupan una posición “inmejorable” para dar a la biomasa el impulso necesario para su implantación.
Tiene unos costes más bajos, potencia el desarrollo económico y social en el mundo rural y permite reducir el consumo energético de combustibles fósiles. Además, según destaca la Institución Provincial en un comunicado, las posibilidades de la biomasa son diversas, pues se puede emplear en estufas en colegios públicos, bibliotecas o en los edificios consistoriales, en calderas para la climatización de piscinas o sistemas de calefacción en viviendas de promoción pública. Por ello, Loaiza ha invitado a los responsables municipales a que hagan una valorización energética de restos de la poda estacional que hacen sus ayuntamientos, y de otros residuos orgánicos.
La Diputación de Cádiz ha redactado una guía de buenas prácticas titulada ‘Biomasa en el ámbito municipal’, destinada a incentivar en las corporaciones locales el uso de este recurso energético. En la provincia ya existen instalaciones públicas funcionando con biomasa. En Medina Sidonia su piscina usa calderas alimentadas con este recurso para calentar el agua de sus vasos y la red sanitaria, así como para proporcionar la calefacción. La planta de tratamiento de residuos urbanos Miramundo los Hardales, entre Puerto Real y Paterna de Rivera, aprovecha la energía de biogás del vertedero.
La biomasa residual comprende un conjunto de residuos y de subproductos procedentes de diversos sectores cuyo denominador común es ser residuos de naturaleza orgánica que provienen de un proceso biológico. Se incluirían los residuos fósiles, pero a efectos prácticos se reserva el término para procesos biológicos inmediatos, excluyendo aquellos que, en épocas remotas originaran, por ejemplo, el carbón y el petróleo. La biomasa por tanto procede de la industria maderera, del mantenimiento de bosques y jardines, de la industria agroalimentaria y agropecuaria, pero también de los residuos sólidos urbanos y de los procesos de depuración de las estaciones depuradoras de aguas residuales.
Los datos recogidos en 2010 por la Agencia Provincial de la Energía ya reflejaban que en la provincia de Cádiz el consumo de biomasa en términos de energía final habían aumentado “en un 59 por ciento”. La mayoría de energía que podría obtenerse en la provincia sería a través de la biomasa de origen forestal que tiene un potencial de más de 5,8 millones de toneladas al año. Un 75 por ciento de esta cifra se obtendría de alcornoques, un 13 por ciento de encinas y un 6 por ciento de pinos piñoneros.
Con respecto a la biomasa agrícola serían aproximadamente 250.000 las toneladas que podrían extraerse de cultivos de algodón, girasol y vid. En general el estudio concluye que la provincia dispone de buenas superficies para cultivos energéticos.
Además, tal y como señala el diputado de Medio Ambiente, Daniel Sánchez, la biomasa constituye “un claro estímulo” a la economía rural, siendo “una de las mayores energías en creación de empleo por unidad energética generada, contribuyendo además a la fijación en los núcleos rurales de la población”.
Detalla que el coste de la biomasa es “alrededor de un 30 y 15 por ciento menor al del gasoil o el gas natural”, incidiendo otros beneficios en el rendimiento y mantenimiento de las instalaciones.
SUMINISTRADORAS DE BIOMASA
El mantenimiento forestal y de las zonas verdes, la industria de la madera y la del corcho, la industria agroalimentaria y la hostelería son las principales fuentes suministradoras de biomasa. Bernardo Villar, vicepresidente de la Diputación y responsable del Área de Cooperación Municipal, Infraestructuras y Medio Ambiente, señala que la Corporación viene desarrollando distintas actuaciones que tratan de impulsar el aprovechamiento sostenible de la biomasa en la provincia.
“Su uso como combustible supone una oportunidad extraordinaria de avanzar hacia los objetivos marcados en las políticas energéticas y climáticas gracias a la reducción de emisiones de efecto invernadero y la mayor diversificación del suministro energético”, informa Villar. La biomasa presenta además otras ventajas: potencia el desarrollo económico y social en ámbitos rurales e impulsa la creación de empleo y la consolidación de empresas en el sector agroforestal.
También permite dar destino y buscar valor a los restos y residuos orgánicos, favoreciendo la gestión de ecosistemas forestales y reduciendo el riesgo de incendios. Además es un recurso gestionable que permite reducir el consumo energético de combustibles fósiles, aumentando la competitividad y eficiencia de los procesos.