Ese porcentaje ha crecido del 9 % del tabaco de contrabando incautado en 2010, lo que se ha debido en parte al refuerzo de las inspecciones del Servicio de Vigilancia Aduanera, de modo que en los últimos cuatro meses del año pasado sólo en la aduana de La Línea de la Concepción (Cádiz) se incrementó el tabaco incautado en un 54 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Ese 40 % del tabaco aprehendido en Andalucía supuso en el 2013 un total de 4,2 millones de cajetillas, mientras que el incautado en 2010 ascendió a 1,2 millones de cajetillas, casi la totalidad de las cuales corresponde a tabaco genuino, no falsificado. Del total de infracciones administrativas por contrabando de tabaco, casi un 80 % corresponden a Andalucía, ya que la mayoría de ellas se deben al menudeo de los denominados “matuteros”. Los cien millones de cajetillas que anualmente se exportan a Gibraltar representan que cada habitante de la colonia tendría que consumir entre 10 y 15 cajetillas diarias de tabaco, incluidos los niños y todo tipo de población, según cálculos de García Valera. El comercio de tabaco es la principal fuente de ingresos del Gobierno gibraltareño, ya que le reporta un tercio de su presupuesto, que asciende a unos 500 millones de euros anuales, mientras que, en comparación, los 9.000 millones de euros recaudados en España por la venta de tabaco representan sólo el 0,7 % del Presupuesto del Estado. Los 10,3 millones de cajetillas de contrabando detectadas en toda España en 2013 representan una pérdida de entre 50 y 60 millones de euros para las arcas públicas. El 58 % del total recaudado por los impuestos aplicados al tabaco revierte directamente en la comunidad autónoma, según ha dicho a Efe la directora de Asuntos Corporativos y Legales de Altadis, Rocío Ingelmo Heras, al incidir en la necesidad de combatir el fraude que representa el contrabando. Altadis, junto con otros tres grandes fabricantes, efectúan bianualmente un estudio o encuesta consiste en recoger 15.000 cajetillas usadas de la calle y de las papeleras públicas para comprobar si llevan o no precinto fiscal español. Este estudio correspondiente a los seis últimos meses del año pasado en toda España reveló que el 11,3 % de las cajetillas carecían de este precinto, mientras que sólo el 3,9 % carecía de él en el mismo periodo del 2010. No obstante, los estudios semestrales inmediatamente anteriores al último concluyeron con un 11,4 % y un 11,7 %, lo que significa un leve descenso en el último semestre evaluado. Ingelmo Heras ha recordado que el 80 % del precio de la cajetilla corresponde a los distintos impuestos que gravan el tabaco y al IVA, el 8 % al margen de ganancia de los estancos y el resto incluye, además e los beneficios de las tabaqueras, todos sus gastos de producción y distribución. Frente a esos datos, ha denunciado, los márgenes de ganancia del contrabando, que en el caso del procedente de Gibraltar son del cien por cien, hacen de esta actividad “un negocio impresionantemente rentable”. El sector del tabaco, desde los agricultores hasta los estanqueros, emplea en España, donde existen unos 14.000 estancos, a unas 56.000 personas. Tanto García Valera como Ingelmo Heras han coincidido en señalar que es precisa una concienciación social sobre el problema del contrabando por el dinero que hace perder tanto a la industria tabaquera como al Estado. El contrabando, han insistido, se sostiene por mafias y grandes redes organizadas, por más que se visualice en el pequeño contrabandista, y se trata de “fraude a gran escala”, de modo que, ha señalado García Valera, “que se perciba como un fraude menor no ayuda a luchar contra el contrabando”.