El colectivo lamenta la marcha de un médico rehabilitador en el Hospital Punta Europa, por lo que el servicio se queda con un solo especialista, tal y como ya adelantó IAM. Es por ello, que el Servicio de Rehabilitación cierra agendas por falta de personal. Para la Ccordinadora con refuerzos temporales de algunos días a la semana no se puede atender ni garantizar la atención, ni reducir el tiempo de espera, por más que lancen mensajes de tranquilidad desde la gerencia o la Delegación de Salud.
“Lesiones que a priori no tienen importancia, se agravan y cronifican provocando mucho dolor, graves limitaciones y problemas laborales y sociales. Son muchas las situaciones desesperantes que llegan a la Plataforma de Afectados y a la Coordinadora Comarcal en Defensa de la Sanidad Pública del Campo de Gibraltar y que obligan a hacer una denuncia pública porque no se puede seguir permitiendo que se le arruine la vida a una persona por no ser atendida a tiempo y adecuadamente”, afirma.
Desde el colectivo exponen el caso de una señora que sufre una caída, se lesiona el hombro, sufre mucho dolor y no puede levantar el brazo, lo que le impide trabajar. Han pasado cuatro meses y aún no ha sido vista ni por el servicio de rehabilitación ni el de traumatología, pese a haber presentado varias reclamaciones. Al estar de baja, ser llamada por la inspección médica y no tener ningún informe que refleje lo que tiene y que le impide trabajar, se ha visto obligada a ir a un traumatólogo y hacerse una resonancia pagándolo todo de su bolsillo. El especialista privado le ha dicho que sufre una rotura que requiere operación. Con mucho esfuerzo ha pagado la consulta médica y las pruebas, pero es imposible pagarse una intervención quirúrgica. Está desesperada por el dolor, por la pérdida de movilidad y por no saber qué va a pasar si no puede trabajar.
Otro caso, también significativo, es el caso de un señor, después de 19 meses esperando para ser operado de rodilla y tras varias reclamaciones, lo derivan y se opera en Jerez. Él quería operarse en su hospital de referencia, pero ante el dolor insoportable y los problemas de movilidad, decidió aceptar operarse a más de 100Km. Ante la imposibilidad de ir y venir, la familia tuvo que alquilarse un alojamiento en Jerez. Tras la intervención, le prescribieron rehabilitación. A la semana, después de preguntar y ver que las agendas están cerradas ha tenido que buscar un fisioterapeuta privado porque en corto plazo no lo iban a atender.