IAM/Redacción El Tribunal Supremo ha absuelto a un matrimonio detenido en abril de 2016 en Algeciras cuando intentaba desplazarse hasta Marruecos con su hijo de dos años para después viajar hasta Siria porque no ha quedado probado que tuviesen la intención de integrarse en la organización terrorista Daesh. (Foto matrimonio Daesh).
No obstante, el esposo, el yihadista Choukri El Hadouchi, sí ha sido condenado por un delito de autoadoctrinamiento.La Audiencia Nacional condenó el pasado 28 de febrero a El Hadouchi y a su mujer, a seis años de prisión por los delitos de autoadoctrinamiento y de traslado a zona controlada por organización terrorista. Ahora el Supremo absuelve a la acusada de ambos delitos, mientras que condena al esposo a dos años por el primero de ellos.Según los hechos probados recogidos en la sentencia, el desplazamiento tuvo lugar cuando fueron informados de que el hermano de El Hadouchi había fallecido tras participar en un atentado suicida en Alepo (Siria). Antes del ataque suicida, los acusados y el fallecido contactaron frecuentemente por Whatsapp, «en secreto y sin conocimiento de su familia».En dichas conversaciones, el matrimonio manifestaba su orgullo por lo que estaba haciendo, recibía información del desplazado «sobre lo bien que se encontraba y sobre las bondades de la organización terrorista en la que militaba»; además de fotos y vídeos de acciones de entrenamiento y combate.La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo absuelva a los dos acusados del delito de traslado a zona controlada por organización terrorista al entender que no está probado que adoptasen la decisión de ir a Siria y «mucho menos de que hubieran inicia ya el viaje». Es más, la sentencia de la que ha sido ponente el magistrado Alberto Jorge Barreiro afirma que el hecho de que «llevaran mucha comida y ropa en el coche y el dato de que viajaran en el barco sin billete de ida y vuelta, entre otros, no pueden utilizarse como prueba de ello».Por otro lado, el tribunal destaca que en las conversaciones entre el acusado y su hermano nunca se mencionaron fechas concretas para realizar el traslado al territorio ocupado por el Daesh. Aunque, recalca, que sí le especificó su asentimiento a realizar la yihad cuando llegara la ocasión oportuna, dando a entender que sustituiría a su hermano si le sucediera algo.«Se trata de un futurible o de un proyecto más que de una decisión ya adoptada, máxime cuando no consta ni un solo elemento probatorio que permita afirmar que iba a ir toda la familia a Siria para que el acusado realizara la yihad», dice la resolución. En todo caso «de ir sólo iría el acusado y a medio plazo y no de inmediato», subraya.En este sentido, el Supremo rebaja la condena de tres a dos años para Choukri El Hadouchi por el delito de autoadoctrinamiento pasivo tras valorar las circunstancias del contexto familiar del por qué tuvieron un contacto telefónico «muy fluido y reiterado». El alto tribunal justifica la reducción de la pena en que sí hay prueba de cargo suficiente en este sentido porque guardaba en su móvil y en una tablet fotos y vídeos destinados a adoctrinarse con el fin de que llegado el momento se enrolase como su hermano en la yihad.Precariedad de pruebasEn el caso de la esposa, el alto tribunal acuerda su absolución debido a «la precariedad de la prueba de cargo» . La Sala señala no se han tenido en cuenta conversaciones de las que se deduce su oposición a que algunos de sus cuñados viajaran a Siria, algo que hay que extender a su postura en contra de que su cónyuge y ella misma se trasladaran a dicho país.Durante el juicio en la Audiencia Nacional, el Hadouchi –tercer hijo de una familia captada por los terroristas, cuyo hermano mayor también había perdido la vida en Siria– aseguró que no sabe escribir ni leer en castellano y señaló que trataba de disuadir a su hermano menor porque le habían «comido la cabeza».Por su parte, la mujer dijo que no quería saber nada de las fotos que mandaba su cuñado porque no le gustaba nada de lo que tuviera que ver con el Daesh. Además, resaltó que no tiene «culpa» de que sus cuñados se hayan marchado a Siria y que ella no tenía intención de viajar hasta dicho país porque «jamás en la vida» pondría a su hijo «en peligro», ni abandonaría a su madre.