IAM/Redacción. El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, envía esta carta abierta en la que pide que “todos trabajemos juntos por la verdadera imagen de Algeciras y del Campo de Gibraltar”:
Estimados señores:
Si nos miramos a un espejo, el cristal nos va a devolver siempre la imagen que reflejamos, a no ser que ese mismo espejo esté trucado o manipulado para que lo que se vea no concuerde con lo que realmente es.
Bien cierto que la realidad es incontestable, y no puede ser moldeada a capricho, pero también lo es que este axioma ha de ser aplicado siempre a rajatabla, tanto para lo malo como para lo bueno.
En los últimos días, Algeciras, por concreción, y la comarca del Campo de Gibraltar, por extensión, se encuentran bajo el foco de la atención mediática nacional por unos desgraciados sucesos que han sido aprovechados por algunos para colocar a nuestra tierra en un nivel que ni ella ni su gente se merecen.
Estamos enclavados en un punto geoestratégico que nos sitúa como puerta y puerto entre dos continentes. Las catorce kilómetros que nos separan de África conllevan una servidumbre obligada que es utilizada por algunas redes criminales para lucrarse con el tráfico de ilícitos, pero ni por mucho menos eso supone que nuestro territorio esté supeditado y superado por la lacra de la droga y de quienes se lucran con ella.
Algeciras es la décima ciudad de Andalucía, una de las que más crece en población; la que cuenta con la renta per cápita más alta de la provincia de Cádiz; en la que se crean más empleos y se registran más afiliaciones a la Seguridad Social; en la que conviven de manera absolutamente pacífica personas de 104 nacionalidades, y en la que la inmensa mayoría de nuestros vecinos trabajan esforzadamente cada día por seguir mejorando.
Quienes se están empeñando en comparar a Algeciras y al conjunto del Campo de Gibraltar con otras partes del mundo en las que el crimen organizado emanado del narcotráfico campa a sus anchas, y deja a su paso regueros de sangre y dolor, no solo están faltando a la realidad, sino que de manera directa generan un daño a los algecireños y a los campogibraltareños difícil de resarcir.
El Puerto de la Bahía de Algeciras se encuentra en la lista de los más importantes del mundo, y nuestro polo industrial y químico es el primero de España. Ello supone que muchas empresas internacionales pongan sus ojos en esta tierra, que sigue necesitando sus inversiones para continuar creciendo, y distorsionar de manera interesada nuestra imagen, quizás bajo intereses espúreos, puede hacer que opten por otros destinos, causando así un daño irreparable.
Manzanas podridas hay siempre, por desgracia, en todos los cestos, pero la inmensa mayoría de los ciudadanos repudiamos estas acciones delictivas. Como alcalde, me siento orgulloso de los algecireños y de los campogibraltareños, de su esfuerzo, de su compromiso, de su día a día. Por ellos, todos los responsables públicos debemos seguir luchando sin tregua para lograr lo mejor que puedan tener a su alcance: más y mayores infraestructuras para que las empresas sigan creciendo; incremento de la formación para luchar contra el desempleo y que las mafias de la droga no se sigan aprovechando de los jóvenes; potenciar nuestros muchos recursos turísticos para que sean miles y miles de personas las que nos visiten, y así siempre.
Algeciras y el Campo de Gibraltar no son, ni han sido nunca, ni lo van a ser, zonas de guerra. Nuestras Fuerzas de Seguridad del Estado están dando ejemplo diario de su compromiso en la lucha contra el narcotráfico, contando con el apoyo del Servicio de Vigilancia Aduanera y de las policías locales, y sus integrantes saben que tienen el respaldo, el aliento, el agradecimiento y la admiración de la inmensa mayoría de la ciudadanía.
Ésta es una tierra de paz, y salvo hechos aislados que todos condenamos, es lo que se respira. Y a quienes piensan lo contrario, les invito a que vengan a conocernos, se mezclen con nuestras gentes, vivan nuestras playas, nuestra historia, nuestros parques naturales, nuestra gastronomía, la tierra en la que nació el más grande de los genios de la guitarra de todos los tiempos, Paco de Lucía; nuestras ferias y fiestas, en definitiva, nuestra verdadera esencia.
Todos juntos vamos a ser capaces de ganar esta batalla, unidos como uno solo. Me refiero a las administraciones públicas, al movimiento asociativo, a los cuerpos de seguridad, a la ciudadanía en general. Queremos todos, absolutamente todos, seguir viviendo y disfrutando de una tierra regada con el sudor de la buena gente que la ha hecho suya, y no daremos ni un solo paso atrás para lograrlo.
Estoy absolutamente convencido de que lo lograremos, porque esta tierra y sus habitantes no se merecen menos.