Una actividad de servicio y valor comunitario que precisamente celebra el próximo 17 de julio el 25 aniversario de su fundación.
Mucho han cambiado e innovado los tiempos la organización de las recogidas, el reparto y la metodología en el trabajo diario de la entidad a lo largo de estos 25 años. Una historia que comenzaba con la firma del acta de intenciones de 10 emprendedores de la comarca para poner en marcha la Asociación, en una reunión celebrada el 29 de mayo del año 1996, y que culmina con su inscripción como tal el 17 de Julio de ese mismo año, con el recordado Estaban Robles González en el papel de Presidente Fundacional del Banco de Alimentos del Campo de Gibraltar.
Desde entonces, no ha parado de crecer en cuanto a equipo de voluntarios, influencia e incidencia en la labor social de la Comarca; así cómo en la cantidad de alimentos que logra suministrar a los beneficiarios finales a través de las entidades colaboradoras y que, como consecuencia de la pandemia, alcanzó su máximo histórico el pasado año. Más que kilos, en el Banco de Alimentos del Campo de Gibraltar hoy por hoy se habla de toneladas de comida, y fueron más de 1.800.-las repartidas durante el 2020, de miles de personas beneficiarias y de casi 90 entidades a las que se ayuda y suministra alimentos.
Son muchas las personas que ha colaborado durante todo este tiempo con el banco, pero mención especial merecerían el histórico de presidentes por su especial dedicación: Esteban Robles, José Cabello y en la actualidad, tras tomar el relevo en 2016, José Serrano. Durante ese tiempo, también ha ido creciendo y ampliando sus instalaciones con diferentes cambios de sede: desde aquella primitiva en la Av. Agua Marina, pasando por el Cortijo Real, hasta las dos naves con las que cuenta en la actualidad en el Polígono Industrial de La Menacha.
Destacar que el Banco de Alimentos presta servicio a todos los municipios del Campo de Gibraltar, atendiendo a las demandas coordinadas por las diferentes entidades colaboradoras e incluso interviniendo con total garantía en momentos puntuales, como avalanchas de personas que llegan sin documentación desde África, u otro tipo de acontecimientos aislados.
Todo ello se consigue gracias a las ayudas y subvenciones que llegan de diferentes instituciones y administraciones, europeas, nacionales, provinciales y locales; además de las diferentes aportaciones de empresas de la comarca (de manera destacada las procedentes de las grandes industrias del arco de la Bahía), así como de donaciones de particulares y de las entrega de alimentos, gracias a las campañas de Grandes Recogidas y las Operaciones Kilo en numerosas grandes superficies y centros de alimentación y, especialmente, gracias a la colaboración de los voluntarios, la auténtica alma del proyecto, que han llegado a superar la cifra de 1.200.- en algunas de las campañas. En la actualidad el Banco de Alimentos del Campo de Gibraltar presta cobertura y suministra bienes a más de 20.000 beneficiarios finales, una cifra superior en casi un 33% a la de los últimos años, y que se ha visto impulsada por la crisis generada por el Covid.
El Banco de Alimentos durante la pandemia
La primavera del año 2020 y los largos meses que la sucedieron es una etapa difícil de obviar, siendo sin ninguna duda la más compleja vivida por la entidad desde su fundación. La irrupción de la pandemia COVID-19 cambió por completo todos los planes, haciendo aún más visible la frágil situación de muchas familias. Por motivos más que evidentes, el Banco de Alimentos del Campo de Gibraltar desempeñó un papel fundamental y clave en todos estos momentos tan trascendentales.
Una circunstancia y un contexto completamente inesperado y adverso que llegó a afectar en algunos picos a más de 22.000 personas en la Comarca, cuyas necesidades fueron atendidas sin haber cerrado ni un solo día sus instalaciones, ni siquiera en los momentos más duros del confinamiento.
Una impactante cifra nunca alcanzada, cuando al inicio de la pandemia se situaban en torno a 16.000 personas los usuarios finales de estas ayudas.
Una compleja situación, actualmente algo más normalizada, a la que se pudo hacer y se sigue haciendo frente gracias a la enorme generosidad de instituciones, empresarios y ciudadanos y al inestimable trabajo de decenas de voluntarios.