IAM/Redacción Las medidas de presión ya no pasan desapercibidas, el murmullo de hace unas semanas se ha traducido en convocatoria de huelga, pero la realidad es que la actividad portuaria de Algeciras en particular (y otros puertos similares) ya nota la ausencia de paz laboral.
Anesco, la Asociación Nacional de Empresas Estibadoras y Consignatarias de Buques ha denunciado slow-down, es decir, “tomarlo con calma”, lo que se traduce de facto en el inicio de las movilizaciones de forma encubierta. Las grandes compañías ya comienzan a derivar tráficos al vecino puerto de Tanger –Med y las pérdidas según Anesco comienzan a sentirse.
El “slow-down” ha ido creciendo conforme se iban confirmando las noticias, entre ellas que la propia patronal de los estibadores apoyaba la reforma, algo que no ha gustado nada a los trabajadores de la estiba. Los camiones ya se amontonan en cola con su carga y los transportistas autónomos comienzan a elevar sus quejas.
El acuerdo de ayer entre estibadores ,APM y TTI puede ser quizás un bálsamo momentáneo, pero la tormenta todavía no ha llegado, se esperan jornadas de mucha tensión en el puerto de Algeciras.
Hay que tener en cuenta que esta vez, en este conflicto, el puerto de Algeciras no deja de ser “un patio” donde se cargan, descargan y distribuyen contenedores a todo el planeta, Maersk ha hecho los deberes y ya tiene Tanger Med, situado en el Estrecho como plataforma válida, desde un puerto se divisa el otro, así que la incidencia para dicha compañía (que es mucho en el puerto) está amortiguada, aunque sería de dimensiones incuantificables si la cosa se dilata en el tiempo más de lo previsto.