Rajoy ha hecho de Andalucía un lugar prioritario de campaña electoral para poder amortiguar su posible descalabro en las generales. El presidente y sus ministros tendrán una presencia muy activa durante la campaña en la comunidad andaluza, donde su partido quebró su línea ascendente y acumula tres sonadas derrotas consecutivas en las urnas en menos de dos años.Las matemáticas obligan. Andalucía elegirá 61 escaños en el Congreso.
Los populares tienen más que asumido que quedarán muy lejos de los 33 diputados de las elecciones de 2011, pues los sondeos internos no publicados, pero conocidos, les dan solo 13 escaños en Andalucía.El PP asume que para mantener un resultado pasable en esta comunidad autónoma necesita de actos como el del lunes en el Ayuntamiento y presentar a Rajoy como el presidente de todos y todas, cuando es el presidente en funciones y está buscando la reelección. Ya se les olvidó la economía y los recortes de derechos, ciudadanos y laborales, las medidas de ajuste y los recortes en educación y sanidad.
Pero con los concejales de Podemos que no cuente para amortiguar su caída en las urnas.El PP ha cerrado su calendario electoral con actos como el del próximo lunes huyendo de los formatos tradicionales e intervenciones interminables. Su precampaña en Andalucía la inició en Cabra con un paseo por un parque, visita a pie al ayuntamiento de la localidad, firma en el libro de honor y un breve discurso partidario para todos los asistentes, fueran o no de su partido. Ese es el modelo a repetir en Algeciras, pero con Podemos NO.
Rajoy ya se ha paseado por Andalucía más de lo habitual en las últimas semanas. Desde verano ha visitado Motril (Granada), Linares (Jaén), inauguró el puente de Cádiz y acudió a apoyar la candidatura a la Unesco de los dólmenes de Antequera (Málaga). Estas son las viejas formas de hacer política en las que se va a escuchar y no a debatir o hablar. Y en ese juego nuestros concejales ni participan, ni juegan.