A este respecto, Landaluce manifestó que entre las iniciativas planteadas se ha dado prioridad a las de fechas más cercanas, en este caso la Navidad, una fiesta que los algecireños viven con gran entusiasmo, y que se pude unir fácilmente con el patrimonio de la ciudad, como es el reloj de La Palma, que tantos algecireños y muchos campogibraltareños ya conocen y que seguimos trabajando para ponerlo en valor.
Entrando en este asunto, Francisco López incidió en la gran joya que es el reloj de La Palma, uno de los más antiguos de Europa, más incluso que el Big Ben o el de la Puerta del Sol , que fue construido en 1771 – cerca de 250 años y se instaló en la torre de la iglesia en 1804.
Según manifestó, se da también la circunstancia de que se cumplen 20 años de su restauración. Así, aprovechando la efemérides, se ha pensado que Algeciras debe darle un homenaje, y dado que la festividad mas cercana es la Navidad, se plantea una fiesta en la Plaza Alta el 31 de diciembre al mediodía, con rondallas, actividades infantiles, y a las doce las campanadas irán acompañadas por un guitarrista al son de Plaza Alta, de Paco de Lucía.
Francisco López indicó que ésta es otra manera de contribuir a que Algeciras esté donde tiene que estar y no donde nos la querían llevar con asuntos muy desagradables. En Algeciras se vive muy feliz. Tenemos muchas cosas y una joya: nuestro reloj, y vamos a darle un homenaje, concluyó.
En la reunión también se trataron otros asuntos como el próximo traslado de Aespa a un local que le ha cedido el Ayuntamiento en las antiguas dependencias de Gestión Tributaria, en la calle Lola Peche, ya que cada vez son más socios y no pueden continuar trabajando desde el centro de adultos Juan Ramón Jiménez por falta de espacio.
Un tercer asunto fue el del gran éxito del libro El habla de los algecireños, de Antonio Gil, para lo que se plantea la necesidad de una segunda edición ante la gran demanda que tiene.